viernes, 14 de noviembre de 2008

relatos japoneses, 9. templo dorado







(el día comienza muy temprano, la luz invade la habitación. todos duermen, incluida clara, británica que odia nuestros ronquidos. christian y mau se bañan y salen temprano, toman el tren, se mueven por kyoto. de desayuno mau compra una enorme rebanada de pan con un huevo per-fec-ta-men-te redondo en él y cuatro pedazos de tocino, se pierden tratando de encontrar la avenida, la encuentran , toman un camión que les acorta el camino, vinieron a esta zona del noroeste de kyoto a ver tres cosas: el pabellón dorado en kinkaku-ji, el jardín de rocas de ryoan-ji y el templo ninna-ji)

afuera de kinkaku-ji hay muchos autobuses. en la entrada se ven multitudes de jóvenes o de jubilados, es un zumbido extraño. parecería que christian y mau son los únicos extranjeros en esa multitud. caminan entre un mar de jubilados y un grupo de chicas de secundaria con peinados extraños, se escucha la grava al caminar. de pronto, ahí está, sin mucho preámbulo, el pabellón dorado, reflejando su imagen en el estanque. mau y christian lo observan, mientras tanto a mau la piel se le eriza, en su i-pod suena cocorosie cantando “animals”, a mau le falta el aire y los ojos se le llenan de lágrimas. ¿es posible tanta belleza? la piel de mau se eriza al punto que se la muestra a christian, quien piensa que o una araña de las verdes ha picado a mau o bien está teniendo una reacción alérgica. mau le dice que no, es simplemente la belleza de ese instante, ese lugar. el pabellón refleja la luz de la mañana, se refleja en la belleza del paisaje, cada árbol, cada islote en el estanque, cada una de las formas que conforman el momento son indispensables, todo está en su lugar. mientras mau está en su momento místico se da cuenta que los cientos de japoneses hacen un ruido tremendo, algo no corresponde, la vista es perfectamente tranquila, ordenada, silenciosa. el sonido es escandaloso, caótico, loco. este es el lugar donde mau dejará su corazón de latón.

se mueven, no hay mucho tiempo y 4 niños abordan a mau quienes lo entrevistan, gran conmoción de los niños al saber que a mau le gusta el sushi, viene de méxico y su deporte favorito es el futbol (ja ja ja, mi hombrecito de la cabeza con trabajos estaba ordenando las ideas después de ver el pabellón y fue poniendo respuestas en lo primero que se le ocurría). de kinkaku-ji bajan el camino andado para llegar hasta el jardín de rocas de ryoan-ji. un jardín zen lleno de turistas y de ruido. una composición misteriosa (¿esas rocas qué dicen? ¿por qué están así? ¿por qué si son quince yo sólo veo catorce?) , el sol ayuda a la contemplación. mau y christian observan, y mientras mau dice que la roca # 15 es la grava que seguramente era una sola roca y que ahora es miles de ellas christian descubre la pequeña roca #15, no hay forma de ver las 15 al mismo tiempo, al menos no desde la vista permitida a los visitantes.

se mueven, no hay mucho tiempo y llegan hasta la puerta y templos del complejo ninna-ji, disfrutan la pagoda, el sonido de la grava al caminar, unas grullas de origami y el ruido de los monjes al caminar. están por irse pero deciden entrar al palacio imperial, a ver que encuentran. el palacio es hermoso, la vista del jardín lo es más: arena, rocas, árboles otoñales, estanque, caída de agua y pagoda. se sientan y observan. la felicidad es grande.

(se mueven, se pierden buscando la estación de tren, llegan al castillo de nijo, escuchan sus pasos rechinar como pájaros, christian se toma fotos con miss suriname, miss nueva zelanda, miss sri lanka, miss bielorrusia, miss líbano y miss noruega, se mueven, llegan al museo del manga, encuentran a ehe, edurne y lalo, disfrutan del pasto artificial, comerán después todos juntos en un bar, beberán sake y festejar a ehe quien cumple años, después mau y christian se regresan en metro, los demás en bicicleta, comerán un pastel delicioso y comprarán un pastel de té verde para ehe, cruzan el río kamo, mucha gente en las calles, mucha vida, luces, olor maravilloso, beberán cerveza los cinco viajeros en el bar del hostal y ehe comerá su rico pastel de té verde, un día hermoso con un pequeño precio: a mau le revientan los pies.)

2 comentarios:

El último dijo...

¿No había honydolls deambulando por las calles?

mau feroz dijo...

no, esos personajes deambulan en otras ciudades :)