viernes, 29 de enero de 2016

esperando que hierva el agua

(“sparks”, röyksopp. es de noche y hace frío en la ciudad de méxico. hoy no vi el atardecer desde la ventana, hoy más bien era el viento y la nariz helada, los dedos buscando un rinconcito para esconderse y sentir calor. ahora espero que hierva el agua para preparar un té. la canción es del 2001 y sigue, quince años después, sacando chispitas en el aire. ¿qué cosa será el tiempo que de pronto se estanca y de pronto pasa en un abrir y un cerrar de ojos? ¿cuál es la materia con el que se construye? ¿cómo guarda uno sus recuerdos? ¿la primera vez que se escuchó una canción, hacía frío o no? ¿se bebía té, vino tinto o había sed? ¿tristeza o felicidad? ¿era aquí o era otro lugar? ¿y si aquí ya es otro lugar? ¿había niebla esa noche? ¿era de noche y no pasaban taxis para llegar a casa? ¿estaría pensando en ese verso de walt whitman…

An unseen hand also pass’d over their bodies,
It descended tremblingly from their temples and ribs.

que a veces vuelve a la memoria sin avisar? ¿qué fuegos hubo? ¿cómo será una tarde de verano en oulo, finlandia? esas cosas. el agua hierve. el té negro, con miel)

martes, 19 de enero de 2016

dar pasos

(hay días complicados. la maraña de sombras teje con sus hilos finos alrededor de las palabras y el silencio es un hermoso refugio donde se está muy a gusto. el aire es frío, cuesta trabajo ordenar las ideas. uno recorre mapas invisibles, el aquí & el ahora son densos y brumosos, en la cabeza aparecen ideas de, algún día, conocer budapest o reykiavik o volver al sur porque la brújula nos lleva allá de nuevo. en esos días los libros son enorme compañía y ahí aparecen cosas que se sienten como una bocanada de aire fresco y unos versos escritos por wisława szymborska en 1993 le regresan a uno el aire:

Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.

el texto se llama “un gato en un piso vacío”, del libro “saltaré sobre el fuego”, editado por nórdica libros en 2015 y traducido por abel murcia y gerardo beltrán, las ilustraciones son de kike de la rubia. al final del libro se hace un homenaje de la poesía a la poesía, esos gestos que van de szymborkska a tranströmer, del polaco al sueco. las últimas páginas del libro traen los textos en polaco. la admiración por los traductores y por sergio pitol crece. pienso en cómo le harán los traductores del polaco al español para encontrar el sonido, el concepto, la palabra que ocupe ese otro lugar y entonces me descubro caminando. de nuevo, dando pasos. después de una pausa, seguimos: el camino es largo)