[este tiempo ¿es tangible? ¿qué quedará de
estos días? ¿construimos el tiempo con lodo, con aire, con miedo, con historias
que nos contamos cuando anochece?] pienso en los versos que escribió sergio loo (ciudad de méxico,
1982-2014), sabiendo que el cáncer avanzaba y que, pronto, su tiempo se
acabaría. pienso en la finitud. en lo que quedará, si es que quedará algo.
pienso en cómo se habrá sentido tras escribir el texto llamado “tarso”
y el proceso de escritura (¿lo escribió con tinta y papel? ¿tecleó en una
computadora? ¿corrigió? ¿salió a la primera? ¿creció, tachó, cambió cosas del
texto?).
¿qué
sintió en la garganta o en el lenguaje cuando escribió: “Ésta es mi voz. Éstos son tus
oídos que escuchan mi voz.”?
¿supo
que eso sobreviviría cuando escribió: “Ésta es la lejanía que siento aunque estés
adentro, a un lado. Ésta es la larga lista de lo que digo para que exista.”?
¿le
habrá faltado el aire al escribir: “Éste es el verbo nombrar y significa traer
o hacer presente.”?
lo
vuelvo a leer, mayo se acaba. afuera ya es la noche y llovió un rato. aquí, ahora, todo sigue.
(el
texto “tarso” es parte del libro “operación al cuerpo enfermo” de sergio loo, ediciones acapulco, méxico, 2015, un libro verde, último de los
libros-tesoro que han caído en mis manos. este libro póstumo de poesía (o prosa
poética o narrativa hilada con aire o juego del lenguaje) es una verdadera
maravilla: una bocanada de aire fresco, palabras que hablan de lo importante,
palabras para subrayar con tinta negra)