viernes, 14 de marzo de 2014

colombia: capítulo medellín

y luego: 48 horas en medellín. hace calor, es más tropical. fue poco tiempo en esa ciudad pero hay algo en su aire que hace que la ciudad vibre. ¿será su historia reciente de violencia? ¿será que aunque ahora hay tranquilidad y seguridad pública pareciera que todavía una chispa puede hacer que todo brinque? ¿será el calor? de medellín tengo impresiones de tipo casi postal, porque el tiempo fue realmente poco.



al igual que en bogotá, (el arquitecto que no fui volverá a hablar) la arquitectura y la planeación urbanística son vitales en esa ciudad construida entre montañas. hace años que guerrilla, narcotráfico, pobreza y desplazados por la violencia descontrolaron la ciudad generando barrios de pobreza-violencia-marginación extrema y en los últimos años la ciudad va retomado el control y comienza un proceso paulatino de reconstrucción urbanística e incorporación de estos barrios a través de transporte público accesible y seguro, como el metroplus (en méxico d.f. este modelo se convertiría en nuestro metrobús, en guadalajara en el macrobús, en curitiba, brasil, se replicaría y en muchas ciudades este modelo se está repitiendo porque logra dos milagros: ordenar vialidades y mayor accesibilidad para el usuario) o el metrocable, que son cabinas de teleférico que se enlazan con rutas de metro y transporte y que logran que los barrios más alejados y aislados formen parte de la ciudad haciendo accesible la ciudad a los ciudadanos y viceversa. suena bobo, pero es importantísimo, jaja.

también en medellín existe uno de los proyectos más increíbles de política pública que es la red de bibliotecas de la ciudad que le han apostado a tener 30 focos de acceso a la cultura y la lectura para cambiar situaciones de marginación, el caso más emblemático es el parque biblioteca "parque españa" (que estaba en remodelación jajaja mala suerte), diseñada por el arquitecto colombiano  giancarlo mazzanti, que funcionando desde 2007 en el barrio de santo domingo (definido como de “autoconstrucción”) ha logrado un cambio tangible de que otro mundo es posible para miles de jóvenes, niños y adultos en situación de marginación. también los parques biblioteca de belén, de san cristobal y el “león de grieff – la ladera” (león de grieff es un poeta nacido en medellín de quien el fondo de cultura económica ha publicado una antología monumental, por cierto) son emblemáticos pero no hubo tiempo de verlos.
  




las vistas de la ciudad, de día y de noche, son impresionantes. un enjambre de edificios altos, construcciones monumentales, casas de autoconstrucción, edificios modernos, puentes, metro, vialidades, parques públicos, paseos peatonales, mucha gente en la calle todo el tiempo. una ciudad verdaderamente intensa. la arquitectura es, al igual que en bogotá, de verdad sorprendente. debería de ser obligado su estudio en escuelas de arquitectura y urbanismo, jaja. de verdad, habrá que hacer esa guía de arquitectura.

en medellín tampoco entendí gran cosa de las cosas que nos decían, pero entendí más el paisa que el bogotano. básciamente mi colombiano es malo, jajaja. eso sí, los paisas son increíblemente amables.









(más hechos aislados: acá comí “bandeja paisa” que es lo mejor de lo mejor, mucho y sencillo; un café delicioso; los jardines botánicos de medellín son impresionantes, valen mucho la pena; para una visita futura, que me gustaría hacer y con mucho más tiempo, habré de buscar un guía local; observar a la gente fue fantástico; los museos de antioquia y el de arte moderno de medellín son muy interesantes, en la tienda del último se encuentran objetos de diseño colombiano; más botero por aquí, más botero por allá… me gusta que hay esculturas y que le haya donado mucha obra a su ciudad; acá tampoco me gustaron las arepas, mi única decepción de todo el viaje) 


- gracias christian por este viaje, de verdad, valió la pena -

jueves, 13 de marzo de 2014

colombia: capítulo bogotá

por extrañas coincidencias de la vida, el mes de marzo lo comencé en colombia, un breve pero enorme viaje a bogotá y a medellín.

antes de ir, hice una investigación previa, entre guía, recomendaciones de colombianos que viven acá y colombianos que viven allá y personas que han ido a conocer, así como el fabuloso internet, el plan estaba perfectamente trazado. honestamente, estar ahí sobrepasó mis expectativas. fueron días lindos de mucho platicar, aprender, reírse, conocer. mucho (¡mucho!) caminar. los ojos muy abiertos.



bogotá me sorprendió para bien: su arquitectura y la noción de que alguien se tomó en serio el urbanismo de la ciudad son verdaderamente sorprendentes. edificios increíbles, espacios públicos fantásticos, recorridos peatonales, las redes de transporte, el ordenamiento urbano, el uso de ladrillo como material de construcción de ¡rascacielos!, la visión y aplicación de políticas públicas que le apuestan al acercamiento a la cultura a través de "parques biblioteca" a los barrios más pobres (el caso más emblemático es de medellín y el parque biblioteca "parque españa" de  giancarlo mazzanti pero eso irá en el “capítulo medellín”), enormes (¡ENORMES!) bibliotecas públicas llenas de lectores y de jóvenes… incluso, creo que sería obligación para los estudiantes de arquitectura darse una vuelta "de trabajo" por bogotá, de verdad es algo sorprendente. incluso, habría que conseguir financiamiento para hacer una guía de arquitectura de bogotá e ir a tomar fotos jaja (el arquitecto que no fui, estuvo feliz, muy feliz).



una de las cosas más raras de los días en bogotá era la sensación de familiaridad (muy parecido a méxico en muchas cosas) y al mismo tiempo la sensación de lo ajeno (muy distinto en otras) y esa sensación de que la globalización no los ha invadido tanto. un ejemplo: pleno centro de bogotá, domingo, los cafés cierran a las 7pm… la primera reacción fue "¿QUÉ?"… pero digiriéndolo un poco más, pensándolo, más bien fue darse cuenta que estados unidos y nuestra misma caótica y enorme ciudad de méxico nos han acelerado y nos hacen pensar que debemos tener “todo” todo el tiempo, ¿no? y, realmente, el mundo no se acabará por no poder beber café a las 8 de la noche en domingo.

eso sí, en los días que estuvimos allá, entendí menos de la mitad de las cosas que nos decían. es curioso como decimos que hablamos "español" jajajaja. 






(algunos hechos aislados: comí siempre muy rico, muy simple pero muy rico (un día comí “muchacho relleno en salsa criolla”, no lo pude resistir ja ja ja). sobre todo me pasó una cosa rara mientras comía "ajiaco", sentía que comía algo que sabía a "prehistoria", como un sabor precolombino, si es que eso es posible; los graffitis son excepcionales en toda la ciudad; la librería del fondo de cultura económica, “centro cultural gabriel garcía márquez”, es maravillosa y peligrosa para el presupuesto; los museos son una maravilla, hay muchos y muy buenos por toda la ciudad, grandes, medianos y pequeños; botero por aquí, botero por allá, botero acullá, no me encanta pero sin duda es una de las cosas a ver; el “museo del oro”, un imperdible de bogotá)