lunes, 3 de septiembre de 2018

200 años al fuego


en un día de noticias felices, la tristeza & el horror.

no soy brasileño, no tengo familia allá. es más, nunca he viajado a brasil. no conozco río de janeiro y no sé si algún día lo haré, nunca he caminado por la avenida atlântica, ni bebido café en la confeitaria colombo ni he visto los edificios de niemeyer en brasilia. no he ido nunca a pelotas, brasil, ni a uberlândia ni a manaus. mi cercanía con brasil tiene que ver con la poesía, con las cosas que sucedieron alrededor del modernismo en 1922 en la semana de arte moderna y lo que vendría después y hasta ahora. en mi biblioteca las letras brasileñas que hacen poesía tienen su lugar privilegiado.

el fuego de anoche me parece doloroso. el incendio de anoche que acabó con el museo nacional, con toda la colección, con el edificio, con 200 años de documentar la historia brasileña me parece inmensamente trágico y triste y me da rabia.


paula abramo, poeta, traductora, amiga, escribió en su facebook:

los perezosos gigantes las momias egipcias el dino-prata el cráneo de luzia los frisos imperiales las urnas tupi-guaraníes los frescos las insignias de la corte las mariposas las ánforas de pompeya la afrodita vanidosa en la cratera los sepulcros incas los anzuelos y conchas de los sambaquis el palacio del emperador los penachos vestigios de miles de años lo poco que no se había perdido de culturas exterminadas doscientos años de historia se borraron veinte millones de piezas vestigios de miles de años se perdieron esfumaron redujeron a cenizas doscientos años de historia natural y arqueología ardieron se acabaron para siempre en unas horas porque los que podían decidir decidieron que no había que cuidarlos

brasil es una herida en una herida

todo esto es cierto, todo esto perdimos. lo perdió brasil, lo perdemos todos.


ricardo domeneck, poeta, novelista, brasileño, escribió: 

Que tragédia. Que tristeza acachapante. O museu havia               completado 200 anos há poucos meses.
Parabéns, ministros da Cultura de Michel Temer, Dilma Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva, Fernando Henrique Cardoso e ignóbil etc.
Sugiro recolhermos as cinzas para uma exposição na Arena das Dunas, na Arena Pantanal ou no Estádio Nacional de Brasília, rebatizando qualquer um destes elefantes brancos de ‘Novo Museu Nacional’.

todo esto es cierto. todo esto debería ser un recordatorio: que las cenizas del museo no se vayan, que queden como muestra del liberalismo y de la negligencia estatal que recorta presupuesto a las universidades y la cultura y los museos (y los hospitales y las escuelas y todo lo que signifique humanidad, todo lo que dignifique).


américo afonso, fotógrafo, portugués, escribió en su instagram:

o fogo destrói a mais antiga Instituição Científica do BRASIL, mandada construir por D. João VI. 200 anos de arquivos vários, importantes para o Brasil, para Portuga, para o Mundo.


en la página de facebook de museos solo museos publicaron fotos de lo que quedó y escriben:

El Museo Nacional enfrentaba restricciones de recursos. Afirman que las pérdidas son irrecuperables. El incendio borró 200 años de historia de Brasil. En junio último había cumplido, precisamente, dos siglos. La tristeza y amargura ha invadido a estudiantes, profesores e intelectuales que, afirman, no hay como recuperar ese acervo de 22 millones de piezas y documentos que contenía a la joven Luzia, cuyo esqueleto tenía 12.000 años de antigüedad. Una joya de la arqueología brasileña encontrada en Minas Gerais.

El palacio fue la sede de la casa real brasileña. Para el rector de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Roberto Leher, “es obvio que la forma del combate al fuego no guardó proporción con tamaño incendio. Percibimos claramente que faltó logística y capacidad de infraestructura del Cuerpo de Bomberos para dar cuenta de un acontecimiento tan devastador”.

la nota cierra con este texto:

Las voces de la cultura brasilera se levantan para decir: “Es una negligencia criminal con la cultura, la historia, el pasado y, también el futuro. La destrucción del Museo Nacional es, también, la aniquilación de parte de la civilización brasileña”.

Y desde ese lugar “asume una dimensión simbólica siniestra en este momento en que Brasil parece disolverse en nuestras manos”.

sobran las palabras. para rescatar 200 años de historia del fuego, no sirven las palabras. servirán para denunciar, enunciar, recordar: que no se repita, nunca.


óscar de pablo, poeta, escribió en su twitter:

La tragedia mayor no fue el incendio de la biblioteca de Alejandría, sino la decadencia intelectual que hizo posible ese incendio.

llevamos años viviendo en estos extraños tiempos de resistencia. ¿quién diría que exigir a los estados preservar los museos sería una batalla que tendríamos que librar?