lunes, 28 de abril de 2014

bolaño cumpliría 61 años


28 de abril, 2014. roberto bolaño cumpliría 61 años. hoy comencé el día con hambre y una taza de café con leche. pienso entonces en roberto bolaño en 1976, bebiendo café con leche tras café con leche en los cafés de bucareli, hablando de poesía y escribiendo los manifiestos infrarrealistas, odiando a octavio paz y pensando en la vida que estaba ahí y que se le escapaba de entre las manos y en lo que bolaño veía en esa ciudad, en ese tiempo y que olía tanto a ciudad de méxico y pienso en su mirada mientras escribía:

“Las galaxias del amor están apareciendo en la palma de nuestra manos.

-Poetas, suéltense las trenzas (si tienen)

-Quemen sus porquerías y empiecen a amar hasta que lleguen a los poemas incalculables

-No queremos pinturas cinéticas, sino enormes atardeceres cinéticos

-Caballos corriendo a 500 kilómetros por hora

-Ardillas de fuego saltando por árboles de fuego

-Una apuesta para ver quién pestañea primero, entre el nervio y la pastilla somnífera

*

El riesgo siempre está en otra parte. El verdadero poeta es el que siempre está abandonándose.”

y pienso en esas cosas que lo incendiaban por dentro. desperté pensando en bolaño y volví a la pregunta que me acecha cuando lo leo: ¿que habrá sentido y pensado dentro de su cabeza? si en sus libros lograba esas atmósferas, ¿cómo era su mundo? ¿cómo eran sus demonios? ¿cómo eran sus bestias?

“2666” cayó en mis manos en el verano de 2011 y me dejé tragar por las páginas, esos días algo se fracturó en mí. de bolaño me maravilla su forma de contar historias, las voces que genera, el coro de voces que cuentan algo importante, la manera de hablar de poetas sin hablar de su poesía, su melancolía, su forma de envolverte con las palabras. algo en su escritura conecta conmigo de forma importante. pienso hoy en roberto bolaño, en que es su cumpleaños, en que tiene un lugar privilegiado entre mis libros, en que descubrir sus letras fue de las cosas importantes de mi vida (en mi biografía podría ser de los puntos clave, donde se cambia la historia, comencé a leer a bolaño y algo cambió para siempre adentro de mi), en que vivió y escribió muy intensamente y que, parece, fue fiel a su propio manifiesto:

“DÉJENLO TODO, NUEVAMENTE

LÁNCENSE A LOS CAMINOS”



miércoles, 23 de abril de 2014

la nostalgia de la mirada

acabo de ver “miradas múltiples: la máquina loca”, documental dirigido por el mexicano emilio maillé en 2012 donde se acerca al personaje de gabriel figueroa (1907-1997, de hecho nació y murió en abril, los días 24 y 27 respectivamente [ja ja ¡qué forma de escribir!], pero no desde una perspectiva biográfica o académica: entrevista a directores de fotografía (¿28? ¿29?) para que hablen, desde sus perspectivas y sus visiones personales, del por qué el trabajo de figueroa es relevante para el cine todavía hoy


la propuesta es clara: a través de la fotografía de las películas en blanco y negro de gabriel figueroa se cambió la forma de hacer cine. los entrevistados hablan de lo que significó esa forma de filmar, esa manera de usar la técnica, los encuadres, de cómo todo lo que hizo figueroa les afectó a ellos al momento de proponer imágenes y de filmar, de cómo por primera vez en la historia del cine un director de fotografía era relevante en la promoción de alguna película además de los actores y los directores (creo que además de figueroa, son muy pocos directores de fotografía que han logrado un nombre tan notorio, quizás sacha vierny (1919-2001) y sven nykvist (1922-2006) completarían la lista).

los entrevistados son personajes de los que no sabemos nada o sabemos muy poco. son las personas detrás de las cámaras, los encargados de hacer la fotografía de cineastas como lars von trier, woody allen, pedro almovódar, fernando meirelles, carlos reygadas, fernando eimbcke, wong kar-wai, antonioni, fellini, kubrick, kurosawa, costa-gavras, truffaut, godard y un larguísimo etcétera. hemos visto sus películas, sus maneras de hacer imágenes. la influencia de figueroa está ahí.

la película se apoya en las entrevistas y en las imágenes, las poderosas imágenes del cine de figueroa, el desfile es interminable (“los olvidados”, “el ángel exterminador”, “él”, “víctimas del pecado”, “pueblerina”, “la perla”, “bugambilia”, “enamorada”, “macario”, “salón méxico” y otro larguísimo etcétera).




y es curioso, siempre revisitar el pasado plantea enfrentarse con la nostalgia, más ante imágenes que forman parte de un enorme colectivo visual (por ejemplo, la secuencia del sueño de “los olvidados” de buñuel) y estos personajes se cuestionan ¿qué pasará con la forma de hacer cine ahora que lo digital invade la vida cotidiana? ¿qué riesgos corre el cine cuando desde un teléfono se puede grabar imagen en movimiento? ¿habrá quien dedique tiempo y recursos, como hacían figueroa y sus directores, para filmar? el cine continuará, las formas cambiarán, es un hecho. ver una película como “her” de spike jonze (2013) muestran que hay un cine al que todavía le importa hacer imágenes para contar una historia.


(en las últimas semanas he tenido cuatro conversaciones fantásticas sobre “hablar de cine”: “el cine de jim jarmusch y sus elementos narrativos”, “las distintas capas de lectura de una película como “el gran hotel budapest” de wes anderson”, “la venganza como tópico para un ciclo interminable” y “la poesía en el cine de tarkovski y el cine de jarmusch, las diferentes maneras para encontrar la poesía en la imagen”. me encanta hablar de cine, cuando hablo de cine algo se ilumina adentro) 

miércoles, 2 de abril de 2014

del brazo y por la calle

a propósito de nada y de todo: hace unas semanas fui al centro cultural universitario tlatelolco a ver la proyección de una película que he visto por pedazos en la televisión en un par de ocasiones, uno de los clásicos del cine mexicano: “del brazo y por la calle”, dirigida por juan bustillo oro en 1956.


es una buena película mexicana, un claro ejemplo del cine que se hacía en aquel entonces. blanco y negro. actuación un tanto exagerada. drama urbano. el amor que tiene que luchar contra el hambre, la pobreza y el qué dirán.

tiene sus esterotipos dramáticos: ella, maría (marga lópez), es la sumisa, la buena ama de casa, la que limpia, la que hace que rinda el dinero, la que se encarga del hogar y que siempre sacrificará su felicidad por la de su marido. él, alberto (manolo fábregas), es el que manda, el que provee, el que determina el destino de la pareja, el que tiene la última palabra, el que llega a casa y se sienta a que le sirvan de cenar.


pero, para la época, es una película de avanzada. en la forma: largos planos secuencia, diálogos largos, toda la película sostenida únicamente por dos actores, no hay ni otro actor, ningún guiño cómico, ningún diálogo fuera de la relación de pareja que conforme pasa el tiempo cada vez están más solos. en el fondo: una sexualidad plena de dos esposos que se tocan, que se desnudan, que hablan de lo que pasa, la marginalidad de los personajes (ya se había estrenado “los olvidados” de buñuel en 1950, pero la pobreza y el hambre no eran invitados frecuentes a las pantallas nacionales cuando se hablaba de la ciudad o del presente), la infidelidad como venganza, la confianza desgarrada.

la película tiene tres créditos al inicio, los dos actores, marga lópez y manolo fábregas y el tercer crédito es para la ciudad de méxico. es uno de los aciertos más importantes de la película. la ciudad como personaje. como un ente viviente: presente, que hace ruido, que impone su presencia con luces, con pobreza, con avenidas, con progreso. es un méxico que no existe más (los trenes, nonoalco tlatelolco como fin del mundo y arrabal de la peor de las pobrezas, la ciudad que “está decidiendo ser ciudad y dejar de ser pueblo”*. esa era la ciudad de méxico de 1956, la ciudad ya nunca será eso otra vez, pero lo humano, el drama humano entre maría y alberto (cambie usted los nombres, revuelva los géneros, da igual) se repite y se repite y cambian las formas pero el fondo es el mismo: pese al tiempo, sigue siendo vigente.


conforme veo la película, crece.

vale mucho la pena verla (decía, la he visto en pedazos, esta fue la primera vez que la veo completa), un buen clásico y bastante olvidado y vale mucho la pena estar atentos a lo que programa y exhibe el centro cultural universitario tlatelolco, uno de los espacios más increíbles de nuestra ciudad.


* (gracias lalo, por este concepto)