por estas fechas, pero en 2001, escribí uno de los textos que me
persiguen con frecuencia, es un texto que se llama (habitación) y que tiene
15 páginas de versos. hoy, porque es el “cumpleaños” #12 de este texto,
comparto un fragmento muy pequeñito:
de las canciones que dan vueltas en mi cabeza, de las que me
enloquecen, de las que me significan, de las que me mantienen despierto. la
letra, por supuesto, de nick cave. y se encuentra en el disco “the
lyre of orpheus” del 2004 (de nuevo orfeo, una señal más, todo se
sucede). los últimos dos versos de la canción y la voz de nick cave explotando,
la más enorme felicidad. Pffffff.
Stay by me, stay by
me
You are the one, my only true love
The butcher bird makes it's noise
And asks you to agree
With it's brutal nesting habits
And it's pointless savagery
Now, the nightingale sings to you
And raises up the ante
I put one hand on your round ripe heart
And the other down your panties
Everything is falling, dear
Everything is wrong
It's just history repeating itself
And babe, you turn me on
Like a light bulb
Like a song
You race naked through the wilderness
You torment the birds and the bees
You leapt into the abyss, but find
It only goes up to your knees
I move stealthily from tree to tree
I shadow you for hours
I make like I'm a little deer
Grazing on the flowers
Everything is collapsing, dear
All moral sense has gone
It's just history repeating itself
And babe, you turn me on
Like an idea
Like an Atom bomb
We stand awed inside a clearing
We do not make a sound
The crimson snow falls all about
Carpeting the ground
Everything is falling, dear
All rhyme and reason gone
It's just history repeating itself
And, babe, you turn me on
Smothered
me, my lover with her beautiful black hair
The smell of it is
heavy. It is charged with life”
Nick Cave
***
era 1997. era el fin del invierno y estaba infinitamente
triste. todo estaba perdido, tenía hambre y mucho frío. volvía a nevar en
munich, tenía los pies empapados. así que, para evadirme un rato, entré a una
tienda de discos que olía mal y que tenía manchas de humedad y había que bajar
una escalera obscura y de poco fiar. puff. al entrar, además de sentir que
volvía el calor a mi nariz y mis orejas, algo sucedía al nivel del alma.
escuchaba en el sonido de la tienda por primera vez las canciones de “the
boatman's call” de nick cave & the bad seeds.
(de nick cave & the bad seeds conocía dos
canciones gracias al cine de wim wenders, “from her to eternity” y “the
carny” que me enloquecían, pero no conocía nada más).
acababa de salir a la venta el 3 de marzo y el
disco venía acompañado de una gira del grupo por europa y el tipo de la tienda
de discos amaba a nick cave así que ponía el disco una y otra vez. decidí
comprarlo. esa tarde no comería, pero tenía el disco.
ya más tarde, en casa, hambriento, pondría el disco
y escucharía con cuidado “into my arms”. el alma se me
escapaba por los oídos, los huesos blandos. era magia, era la música perfecta
para el momento perfecto. era la música que escucharía durante meses en lo que
iban cicatrizando las heridas del fracaso. luego “bromton oratory” que me
hizo llorar en su momento y que aún ahora me conmueve enormemente. “(are
you) the one that i've been waiting for?” no podía ser mejor. conforme avanzaba
el disco preferí apagar la luz para llorar a gusto y ver como se encendían y se
apagaban las luces del edificio que daba a mi habitación.
luego, siguiendo el orden del disco, perfecto para
escucharse de principio a fin, “where do we go now but nowhere?”, “west
country girl”, “black hair”. la tristeza era
enorme. pero, no sé si suena lógico, era una
tristeza feliz porque volvía a encontrar un camino.
por último, cerrando el ciclo de 12 canciones, “green
eyes”. perfecto. el disco perfecto para la derrota personal. pero
también para recordarme que estaba ahí, vivo, que había valido la pena
intentarlo, que había que seguir.
así que, tras pensarlo unos días, hice lo mismo que
el personaje de “west country girl” (que en la vida real es ¡¡¡pj harvey!!!) y
me fui de ahí y me fui hacia el oeste y a volver a empezar. este disco me salvó
la vida y es, sin duda, de los favoritos en mi colección. me gusta escucharlo,
sentir la tranquilidad que me devolvió en ese momento. me gusta escucharlo a
solas, de noche. y a veces, como ahora, con un vaso de vino tinto.
(el próximo lunes 18: la voz del señor nick cave
resonará en la ciudad de méxico, ahí estaré)
mi historia con la música de andrew bird comienza
cuando encuentro “fake palindromes” del disco “andrew bird & the mysterious
production of eggs” (2005). canción que escucho y escucho y escucho y
escucho. luego consigo el disco completo y lo mismo: escucharlo sin parar. mi
relación con este músico era únicamente a través de ese disco, pero esa es otra
historia. luego sucede que lo escucho tocar en el evento “la colmena”, uno de
los mejores y peores eventos a los que he asistido en la vida (que tendrá una
de las historias que podré contarle a los nietos que no tendré, el como a pesar
de todo logramos salir de ahí y… pero esa es otra historia). luego viene a la
ciudad de méxico y por un extraño azar del destino radio-b me envía al
concierto y ¡wow! la maravilla.
esa noche, al salir del concierto compre “noble
beast” (2009), que se volverá un disco que escucharé y escucharé y
escucharé y escucharé. y ahí, el amor a andrew bird, su música, sus canciones
será enorme.
y es en marzo de 2012 cuando, navegando en noches de
insomnio me entero que saldrá “break it yourself” (2012). un disco
maravilloso. uno de esos discos que escuchas por primera vez y sabes que ahí
están las palabras necesarias para llenarte en ese momento. ese disco es
perfecto, ahí, en ese momento. “break it yourself” fue mi disco
fetiche y mi disco referente durante el año pasado. volví a él una y otra vez,
de entre sus 14 canciones “sifters” y “orpheo looks back” están
entre mis canciones fetiche y el falso palíndroma “eyeoneye” me hace
enormemente feliz; la tristeza del sonido de “lusitania” me devuelve a
noches de lluvia junto al mar. es un disco lleno de nostalgia y de luz, hecho
con las manos y todo el corazón, se nota. me gusta particularmente que andrew
bird toma a orfeo y el mito, nos dice, el título de la canción, que orfeo
mirará hacia atrás, que entonces perderá a eurídice y que además enloquecerá y
que las cosas saldrán mal. es un
disco perfecto, de los que se pueden
escuchar de principio a fin.
y luego, unos meses después, salió “hands
of glory” (2012). 8 canciones, hermanas o complemento de “break it
yourself”. y sucede la maravilla: otro disco perfecto, de los que se pueden
escuchar de principio a fin. y no sólo lo escucho y lo escucho y lo escucho y
lo escucho, también llegó en el momento perfecto. las primeras notas de “three
white horses”, la canción que abre el disco me erizan la piel. y luego
aparece “something biblical” y su maravillosa pausa de memoria y
obsesión:
“Still we keep on dreamin’
Of that 50-year flood
Of oceans of plasma
And rivers of blood”
que por alguna razón que no acabo de entender, pero
que me hace temblar felizmente. en este segundo disco orfeo vuelve, tiende un
puente hacia su locura. Estos discos llegaron en los momentos justos, cuando
más los necesité tener cerca, como orfeo, la locura ronda a veces.
(y por cierto: el viernes 1º de marzo andrew bird
tocará en la ciudad de méxico. verlo/escucharlo en vivo vale mucho la pena. es
un mago de los sonidos)
de las canciones que me acompañan durante el insomnio, de las que me hacen feliz y me salvan la vida. "something biblical" de andrew bird, del disco hands of glory (2012). quien por cierto, el 1 de marzo tocará en la ciudad de méxico y eso me hace feliz