viernes, 26 de marzo de 2021

discos, despedidas, decisiones



“I'm a two hundred pound octopus under a sheet

Dancing round your world with my hands and feet

And this much I know to be true

Yeah, this much I know to be true

And this much I know to be true

Yeah, this much I know to be true

This morning is amazing and so are you”

Nick Cave

 

 

en marzo de 1997 escuchaba por primeras veces el disco “the boatman’s call” de nick cave & the bad seeds. ese disco acababa de aparecer el día 3 y yo estaba muy lejos de casa, hacía mucho frío, hacía mucha hambre, llovía, estaba algo roto (bastante). ese disco fue bocanada de aire fresco, compañía silenciosa durante las tristezas de esos días, se volvió parte de mí, de mi historia.

 

en octubre de 2019 escuchaba por primeras veces el disco “ghosteen” de nick cave & the bad seeds. ese disco acababa de aparecer el día 3 y yo estaba, de nuevo, muy lejos de casa pero al mismo tiempo en casa. pero era diferente, era otro lugar, otra geografía, otro todo: hacía un calor inmenso, la luz era un espectáculo, la ciudad era ruidosa y de nuevo estaba algo roto (bastante, mucho). ese nuevo disco de la misma banda, tantos años después, fue bocanada de aire fresco, compañía silenciosa durante las tristezas y las alegrías y la conciencia de esos días. caminando, escuchando, paladeando las palabras y la música me daba cuenta que los dos discos habían estado en el momento de tomar decisiones importantes. ambos discos me acompañaron en momentos de decidir antes y después.

 

en marzo de 2021 llegó a mis oídos el disco “carnage” de nick cave & warren ellis. Este otro disco apareció el 25 de febrero y, una vez más, estoy muy lejos de casa pero en casa. y es diferente, es otro lugar, otra geografía, otro todo: el calor es infame, el horizonte se llena de montañas, aprendo cosas de mí mismo y de mi cuerpo, hay silencios, creo que me conozco un poco mejor y, cosa curiosa, ahora no estoy roto, a pesar de las grietas por donde a veces entra la luz. estoy donde debo de estar. este nuevo disco de dos músicos que forman parte de la maravilla que es ese grupo, es una bocanada de aire fresco, es compañía silenciosa durante las alegrías y las dudas, la incertidumbre pandémica, los caminos abiertos y los caminos cerrados, la conciencia de estos días. caminando, escuchando, viendo el tiempo, lidiando con la gravedad de este lugar, paladeando las palabras y la música me doy un poco de ternura descubrir que de nuevo me acompañan en estos días de enunciar, de pensar, de imaginar un mundo posible. un disco que está acompañándome en este aquí, este ahora, en el hermoso juego de los antes y después.

 

enormes discos. me maravillan y me dan escalofríos. agradezco las felices coincidencias y las compañías.