“I'm a two
hundred pound octopus under a sheet
Dancing round
your world with my hands and feet
And this much
I know to be true
Yeah, this
much I know to be true
And this much
I know to be true
Yeah, this
much I know to be true
This morning
is amazing and so are you”
Nick Cave
en marzo de 1997
escuchaba por primeras veces el disco “the boatman’s call” de nick
cave & the bad seeds. ese disco acababa de aparecer el día 3 y yo estaba
muy lejos de casa, hacía mucho frío, hacía
mucha hambre, llovía, estaba algo roto (bastante). ese disco fue bocanada de
aire fresco, compañía silenciosa durante las tristezas de esos días, se volvió
parte de mí, de mi historia.
en octubre
de 2019 escuchaba por primeras veces el disco “ghosteen” de nick
cave & the bad seeds. ese disco acababa de aparecer el día 3 y yo estaba,
de nuevo, muy lejos de casa pero al
mismo tiempo en casa. pero era
diferente, era otro lugar, otra geografía, otro todo: hacía un calor inmenso, la
luz era un espectáculo, la ciudad era ruidosa y de nuevo estaba algo roto
(bastante, mucho). ese nuevo disco de la misma banda, tantos años después, fue
bocanada de aire fresco, compañía silenciosa durante las tristezas y las
alegrías y la conciencia de esos días. caminando, escuchando, paladeando las
palabras y la música me daba cuenta que los dos discos habían estado en el
momento de tomar decisiones importantes. ambos discos me acompañaron en
momentos de decidir antes y después.
en marzo de
2021 llegó a mis oídos el disco “carnage” de nick cave & warren ellis.
Este otro disco apareció el 25 de febrero y, una vez más, estoy muy lejos de casa pero en casa. y es diferente, es otro lugar, otra geografía, otro todo: el
calor es infame, el horizonte se llena de montañas, aprendo cosas de mí mismo y
de mi cuerpo, hay silencios, creo que me conozco un poco mejor y, cosa curiosa,
ahora no estoy roto, a pesar de las grietas por donde a veces entra la luz.
estoy donde debo de estar. este nuevo disco de dos músicos que forman parte de
la maravilla que es ese grupo, es una bocanada de aire fresco, es compañía
silenciosa durante las alegrías y las dudas, la incertidumbre pandémica, los
caminos abiertos y los caminos cerrados, la conciencia de estos días.
caminando, escuchando, viendo el tiempo, lidiando con la gravedad de este
lugar, paladeando las palabras y la música me doy un poco de ternura descubrir
que de nuevo me acompañan en estos días de enunciar, de pensar, de imaginar un
mundo posible. un disco que está acompañándome en este aquí, este ahora, en el
hermoso juego de los antes y después.
enormes discos.
me maravillan y me dan escalofríos. agradezco las felices coincidencias y las
compañías.