“En un tiempo en el que el oportunismo lo es
todo, cuando parece que la esperanza
está perdida, cuando todo se reduce a un cínico
acuerdo comercial, encontremos
la valentía para soñar. Para recuperar el
romance. El romance de creer en la
justicia, en la libertad y en la dignidad. Para
todos.”
Arundhati Roy
“¿Qué nos dice del amor?
De crepitar
Pómulos como manzanas encendidas.
Amaneceres trasnochados:
deslices y roces, alegría:
danzas en salones con swing, sonrisas,
frutos de colores varios
sabores dulces agrios alegrías.”
Maricela Guerrero
“No necesito disfraz
Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro”
Pedro Lemebel
***
en estos días y en pleno 2019 vuelven preguntas que
insisten: ¿por qué marchan si ya tienen derechos? ¿qué más quieren si ya hay
matrimonio igualitario? ¿para qué quieren adoptar? ¿por qué necesitan una
bandera? ¿por qué necesitan tantas banderas? ¿qué son todas esas letras? ¿por
qué las empresas tienen que poner la bandera del arcoíris y ser incluyentes?
¿por qué tenemos que aceptarlos? ¿por qué tengo que aceptar la ideología de
género? ¿por qué le tengo que decir a niños y adolescentes que eso es normal? ¿por qué dicen que marchan
si eso parece un carnaval y van todos desnudos? ¿por qué dicen todes? ¿qué quieren decir cuando dicen nosotres? ¿la rae sabe que escriben así?
¿por qué negros y mujeres y pueblos originarios y obreros y muchos más piden
que ya no se hagan bromas de ellos ni de ustedes? ¿qué más quieren?
y pues
queremos todos los derechos para todas las
personas.
porque lo que está en juego son nuestras vidas,
nuestro
derecho al amor, al deseo, a formar una familia, a
no usar máscaras en los lugares de trabajo o las escuelas o las fiestas
familiares, a que usen las palabras y los artículos adecuados para hablar de
nosotros, a pedir un crédito, a la legalidad, el derecho a la salud y a la
información, a la prevención o al tratamiento de las enfermedades, el derecho a
la vida digna, porque está en juego nuestro derecho a no tener miedo si le doy
un beso o tomo de la mano a mi compañero en la calle, el derecho a decidir
quién hereda nuestras cosas y nuestras casas, lo que está en juego son derechos
laborales y derechos sociales, derechos económicos, libertad de ser plenos,
derecho a tener voz. derecho a ser visibles. porque no tenemos que pedir
tolerancia ni aceptación, porque somos personas y porque queremos derechos:
todos los derechos: todos.
iba a decir que ustedes no saben pero en realidad si
lo saben. así que: ustedes saben
cuánta alegría sucede dentro cuando nos desnudamos,
cuando damos un beso, cuando
le escribimos una nota diciendo “en el horno hay
pan y compré leche”, cuando salimos
a cenar, cuando estamos aprendiendo a hacer arroz y
se nos quema y hay que comérselo
y reírse, cuando vamos al cine: ustedes saben lo
que sentimos cuando desabrochamos
botones y bajamos cierres y desanudamos agujetas y
nos quedamos descalzos, ustedes
saben la emoción y el miedo y tanta alegría a meter
la mano en los calzones del cuerpo
que tenemos enfrente, ustedes
conocen el miedo de decir por vez primera las
palabras enormes del corazón y la alegría
cuando celebramos meses o aniversarios, ustedes
conocen esa falta de aliento al terminar
los trabajos del cuerpo que se volvió animal
desbocado de baba, sudor y fluidos de otras
partes, cuando el cuerpo obedece al deseo, cuando
el cuerpo desobedece
las buenas
costumbres: ustedes
saben bien con cuanta alegría hacemos el amor,
cómo sentimos orgasmos, lo que construimos
cuando decimos nosotros,
cómo
nos mueve la ternura, cómo nos dejamos llevar:
ustedes también tienen un cuerpo.
y saben cómo se sienten:
el
deseo
la
tristeza
la
alegría
el
desamor
el
miedo
la
desesperación
el
sexo
la
duda
ese
misterio
las
caricias
el
amor
pero este cuerpo, “¿Qué nos dice del amor?”
ustedes saben lo que es usar estos verbos en otra
persona:
amar
querer
desear
pensar
nombrar
ocupar
habitar
esta es una idea que necesita decirse con el cuerpo y en
voz alta.
todavía
falta
mucho
camino
por recorrer.
lo que ustedes no saben es cómo crece la rabia
cuando nos vuelven
invisibles. cuando nos niegan derechos y libertades
y voces y espacios
y la vida misma por lo que hacemos en lo íntimo.
en
eso estamos.
por eso marchamos todavía. por eso marchamos y
alzamos
feroces la voz: porque falta mucho por hacer y
porque muchos no pueden alzar
su voz. el miedo también nos come por dentro: el
rechazo de la familia y algunos
amigos, la posible pérdida del empleo, que no te
promuevan, que no te den un
aumento, los estigmas, los calificativos y las
palabras que lastiman, que te pregunten si tienes sida,
que te anulen la posibilidad de elegir si tu pareja
quería donar sus órganos o que le desconectaran
y tener que morderse la lengua mientras su otra familia decide por nosotros, que
leamos y sepamos que cada tres días se comete un crimen pasional y que ya sabemos
nadie investigará quien es el asesino, que no
puedas acompañar a tu pareja al
hospital y tengas que inventar parentescos, que te
digan que te aceptan ¿les
damos las gracias?, que te pregunten ¿por qué usas una camisa rosa? ¿por qué
te pintas las
uñas? ¿por qué te vistes como niño?, que te pregunten ¿quién
es el hombre
y quién la mujer? nosotros no se lo vamos preguntando. pero no nos
preguntan con cuánta alegría nos enfrentamos a los
labios y a los lobos, a las noches abiertas, a las
manos
inquietas y torpes, a las formas
de nombrarnos
en lo íntimo.
en eso estamos: por eso estamos: estamos vivos.
otro mundo es posible: lo sabemos y no vamos a guardar silencio, no daremos ni
un paso atrás, nadie deja a nadie detrás, ninguém
solta a mão de ninguém. parece algo tan simple, tan bobo, tan poco mágico
pero: tomarnos de la mano en la calle sin miedo o con miedo es iniciar una
revolución. endeudarnos juntos con una hipoteca podría ser una revolución,
asistir acompañados a una boda con nuestras parejas lo es un poco. ser visibles
en los lugares de trabajo, en las discusiones laborales, en el reconocimiento
profesional, son actos de rebeldía. le perderemos el miedo a la palabra
manifiesto.
hablar sin esconderse es construir otra realidad: no
nos vamos a rendir. nombraremos las cosas de nuestro mundo, de nuestros
cuerpos. por todos los que se les fue la vida en ello. los que guardaron
silencio, los que aún se refugian en sus silencios. los que no sabían qué virus
los estaba consumiendo por dentro, los que salieron a pedir salud y justicia tan
asustados, los que recibieron cuarentaiún insultos en todo el cuerpo, en sus
nombres, en sus voces, los que usaron todo su corazón y toda su sangre para
continuar, los que no quitaron el dedo del renglón, los que se reconocieron en
el espejo, las que usaron piedras y botellas para decir ya basta. todos, todas y todes los que todavía decimos ya basta.
es eso estamos. y aunque tenemos
problemas, caos, dudas, logros, nos
caemos, nos levantamos, nos empapamos,
tenemos rabia, no nos encontramos, nos
faltan palabras, no podemos respirar,
nos falta el aire: volveremos a la calle
una y otra
vez. una y otra
vez. una y otra
vez. una y otra vez: seguiremos diciendo y
nombrando.
una y otra vez. volveremos. llegaremos vivos a
casa.
haremos café. nos encontraremos, nos reconoceremos.
no vamos a vivir más con miedo.
por eso: no queremos vivir con miedo.
dejaremos de ser invisibles.