viernes, 31 de julio de 2009

mes de julio 2009, último día


se acabó. el mes de julio de este año se va. ha sido un gran placer compartir la obsesión con ustedes, los textos, recibir correos y sus notas, los comentarios, la colaboración multimedia. gracias.


para cerrar, un breve texto, de los favoritos de la vida, de las "Historias de Cronopios y de Famas".


con cariño en especial al señor adrián.


***

Historia


Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de la calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.


Julio Cortázar

miércoles, 15 de julio de 2009

mes de julio, día 15 (otro poco de "Rayuela")


necio y obsesivo como soy anoche me quedé rondando por "rayuela" y la nota que tengo escrita a lápiz en el inicio del capítulo 93 que dice "viene del 6".


así que la lógica me lleva a compartir el día de hoy el capítulo 6 del libro fetiche.


una hermosa reflexión sobre el azar y los caminos de la vida.

la foto fue tomada este fin de semana bajo la lluvia, bajo la noche, en el calor de chilpancingo.

abrazos

***

de "Rayuela", capítulo 6

La técnica consistía en citarse vagamente en un barrio a cierta hora. Les gustaba desafiar el peligro de no encontrarse, de pasar el día solos, enfurruñados en un café o en un banco de plaza, leyendo-un-libro-más. La teoría del libro-más era de Oliveira, y la Maga la había aceptado por pura ósmosis. En realidad para ella casi todos los libros eran libros-menos, hubiese querido llenarse de una inmensa sed y durante un tiempo infinito (calculable entre tres y cinco años) leer la opera omnia de Goethe, Homero, Dylan Thomas, Mauriac, Faulkner, Baudelaire, Roberto Arlt, San Agustín y otros autores cuyos nombres la sobresaltaban en las conversaciones del Club. A eso Oliveira respondía con un desdeñoso encogerse de hombros, y hablaba de las deformaciones rioplatenses, de una raza de lectores fulltime, de bibliotecas pululantes de marisabidillas infieles al sol y al amor, de casas donde el olor a tinta de la imprenta acababa con la alegría del ajo. En esos tiempos leía poco, ocupadísimo en mirar árboles, los piolines que encontraba por el suelo, las amarillas películas de la Cinemateca y las mujeres del barrio latino. Sus vagas tendencias intelectuales se resolvían en meditaciones sin provecho y cuando la Maga le pedía ayuda, una fecha o una explicación, las proporcionaba sin ganas, como algo inútil. "Pero es que vos ya lo sabes", decía la Maga, resentida. Entonces él se tomaba el trabajo de enseñarle la diferencia entre conocer y saber, y le proponía ejercicios de indagación individual que la Maga no cumplía y que la desesperaban.


De acuerdo en que en ese terreno no lo estarían nunca, se citaban por ahí y casi siempre se encontraban. Los encuentros eran a veces tan increíbles que Oliveira se planteaba una vez más el problema de las probabilidades y le daba vueltas por todos lados, desconfiadamente. No podía ser que la Maga decidiera doblar en esa esquina de la rue de Vaugirard exactamente en el momento en que él, cinco cuadras más abajo, renunciaba a subir por la rue de Buci y se orientaba hacia la rue Monsieur le Prince sin razón alguna, dejándose llevar hasta distinguirla de golpe, parada delante de una vidriera, absorta en la contemplación de un mono embalsamado. Sentados en un café reconstruían minuciosamente los itinerarios, los bruscos cambios, procurando explicarlos telepáticamente, fracasando siempre, y sin embargo se habían encontrado en pleno laberinto de calles, casi siempre acababan por encontrarse y se reían como locos, seguros de un poder que los enriquecía. A Oliveira le fascinaban las sinrazones de la Maga, su tranquilo desprecio por los cálculos más elementales. Lo que para él había sido análisis de probabilidades, elección o simplemente confianza en la rabdomancia ambulatoria, se volvía para ella simple fatalidad. "¿Y si no me hubieras encontrado?", le preguntaba. "No sé, ya ves que estás aquí..." Inexplicablemente la respuesta invalidaba la pregunta, mostraba sus adocenados resortes lógicos. Después de eso Oliveira se sentía más capaz de luchar contra sus prejuicios bibliotecarios, y paradójicamente la Maga se rebelaba contra su desprecio hacia los conocimientos escolares. Así andaban, Punch and Judy, atrayéndose y rechazándose como hace falta si no se quiere que el amor termine en cromo o en romanza sin palabras. Pero el amor, esa palabra...

Julio Cortázar

martes, 14 de julio de 2009

mes de julio, día 14 (un poco de "Rayuela")


hoy, noche lluviosa en la ciudad de méxico.


noche de cineteca, noche de estar en calma.


en mi cabeza, de la nada se pasean unas palabras de "Rayuela", el capítulo 93 ronda mi cabeza. abro mi copia del libro y encuentro notas y más notas, tinta de varios colores, lápiz, palabras, fechas, revisión de mi mismo.


así que en este mes de julio, en que hay que leer a Julio, comparto este hermoso capítulo. tema para tratar con mi terapueta: a veces me hablo así a mi mismo ja ja ja ja ja ja


***

de "Rayuela", Capítulo 93


Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación de] amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fájate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan cómo pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahí en ese poema de Nashe, convertidas en abejas. Y ahí, en dos versos de Octavio Paz, muslos del sol, recintos del verano. Pero un mismo cuerpo de mujer es María y la Brinvilliers, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma óptica que se regala con los retorcimientos de un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua... Sí, pero también está dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diálogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mí, a veces, me parece estar engendrando ríos de hormigas feroces que se comerán el mundo. Ah, si en el silencio empollara el Roc... Logos, faute éclatante. Concebir una raza que se expresara por el dibujo, la danza, el macramé o una mímica abstracta. ¿Evitarían las connotaciones, raíz del engaño? Honneur des hommes, etc. Sí, pero un honor que se deshonra a cada frase, como un burdel de vírgenes si la cosa fuera posible.

Del amor a la filología, estás lucido, Horacio. La culpa la tiene Morelli que te obsesiona, su insensata tentativa te hace entrever una vuelta al paraíso perdido, pobre preadamita de snack-bar, de edad de oro envuelta en celofán. This is a plastic's age, man, a plastic's age. Olvidate de la perras. Rajá, jauría, tenemos que pensar, lo que se llama pensar, es decir sentir, situarse y confrontarse antes de permitir el paso de la más pequeña oración principal o subordinada. París es un centro, entendés, un mandala que hay que recorrer sin dialéctica, un laberinto donde las fórmulas pragmáticas no sirven más que para perderse. Entonces un cogito que sea como respirar París, entrar en él dejándolo entrar, neuma y no logos. Argentino compadrón, desembarcando con la suficiencia de una cultura de tres por cinco, entendido en todo, al día en todo, con un buen gusto aceptable, la historia de la raza humana bien sabida, los períodos artísticos, el románico y el gótico, las corrientes filosóficas, las tensiones políticas, la Shell Mex, la acción y la reflexión, el compromiso y la libertad, Piero della Francesca y Anton Weber, la tecnología bien catalogada, Lettera 22, Fiat 1600, Juan XXIII. Qué bien, qué bien. Era una pequeña librería de la rue du Cherche-Midi, era un aire suave de pausados giros, era la tarde y la hora, era del año la estación florida, era el Verbo (en el principio), era un hombre que se creía un hombre. Qué burrada infinita, madre mía. Y ella salió de la librería (recién ahora me doy cuenta de que era como una metáfora, ella saliendo nada menos que de una librería) y cambiamos dos palabras y nos fuimos a tomar una copa de pelure d'oignon a un café de Sèvres-Babylone (hablando de metáforas, yo delicada porcelana recién desembarcada, HANDLE WITH CARE, y ella Babilonia, raíz de tiempo, cosa anterior, primeval being, terror y delicia de los comienzos, romanticismo de Atala pero con un tigre auténtico esperando detrás del árbol). Y así Sèvres se fue con Babylone a tomar un vaso de pelure d'oignon, nos mirábamos y yo creo que ya empezábamos a deseamos (pero eso fue más tarde, en la rue Réaumur) y sobrevino un diálogo memorable, absolutamente recubierto de malentendidos, de desajustes que se resolvían en vagos silencios, hasta que las manos empezaron a tallar, era dulce acariciarse las manos mirándose y sonriendo, encendíamos los Gauloises el uno en el pucho del otro, nos frotábamos con los ojos, estábamos tan de acuerdo en todo que era una vergüenza, París danzaba afuera esperándonos, apenas habíamos desembarcado, apenas vivíamos, todo estaba ahí sin nombre y sin historia (sobre todo para Babylone, y el pobre Sèvres hacía un enorme esfuerzo, fascinado por esa manera Babylone de mirar lo gótico sin ponerle etiquetas, de andar por las orillas del río sin ver remontar los drakens normandos). Al despedirnos éramos como dos chicos que se han hecho estrepitosamente amigos en una fiesta de cumpleaños y se siguen mirando mientras los padres los tiran de la mano y los arrastran, y es un dolor dulce y una esperanza, y se sabe que uno se llama Tony y la otra Lulú, y basta para que el corazón sea como una frutilla, y...

Horacio, Horacio.

Merde, alors. ¿Por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegíaco en que ya sabemos que el juego está jugado.


Julio Cortázar

miércoles, 1 de julio de 2009

en julio... ¡hay que leer a julio!‏


el mes de julio comenzó lluvioso y frío en la ciudad de méxico. pero eso no es excusa para que desempolvemos los libritos de don Julio Cortázar, compartamos cuentos, versos, experiencias, voces. ¿volver a rayuela? y desempolvado don Cortázar, compartirlo multimediamente: este blog, el correo, facebook, el programa de radio. en fin.


es julio, mes de julio cortázar. weeeeeeeeeeeeeeeeeee.


va un breve texto del libro "salvo el crepúsculo", uno de mis tesoros, traído desde el sur por mi primo fernando.


***

El interrogador


No pregunto por las glorias ni la nieves,

quiero saber dónde se van juntando la golondrinas muertas,

adónde van las cajas de fósforos usadas.

Por grande que sea el mundo

hay los recortes de uñas, las pelusas,

los sobres fatigados, las pestañas que caen.

¿Adónde van las nieblas, la borra del café,

los almanaques de otro tiempo?


Pregunto por la nada que nos mueve;

en esos cementerios conjeturo

que crece poco a poco el miedo,

y que allí empolla el Roc.


Julio Cortázar

lunes, 18 de mayo de 2009

de Gelman y de Galeano, sobre Benedetti


Hoy se publicaron en Página/12 estos dos textos, de Eduardo Galeano y de Juan Gelman, en memoria y despedida de Mario Benedetti.


Hoy, conforme la noticia fue conocida por aquí y por allá cai en cuenta lo mucho que los versos de Benedetti me unen con mucha gente y con muchas historias, hay un largo camino compartido con muchos de los amigos, con todo un tiempo y con muchas cosas que sucedieron en mi vida alrededor de los versos de Mario.


Van los textos:

***

MARIO

Por Eduardo Galeano

El dolor se dice callando.
Pero me pregunto:
¿qué será de nuestra ciudad, sola de él?
¿qué será de Montevideo, mutilada de él?
Y me pregunto:
¿qué será de nosotros, sin su bondad inexplicable?

***

MARIO
Por Juan Gelman

Es indecible el dolor de su pérdida. Fue poeta, fue novelista, fue ensayista y, sobre todas las cosas, fue un hombre bueno. Nunca se doblegó ante el Poder. Su muerte deja el vacío grande que dejan los grandes. De su obra nacerán otros poetas, como él siempre quiso, y seguirá vivo en el tiempo. El ya no sufre, descansa ya.

***

(la fotografía la tomé yo, en Montevideo, en Agosto del 2006)

domingo, 17 de mayo de 2009

adiós, Mario



Hoy dejaste de estar aquí, dejaste tu casa en Montevideo, ahora estarás con Luz que se fue antes que tú.

Te fuiste ya, pero te quedas en los versos. 88 años, uruguayo. Novelista, cuenta cuentos, poeta.

En casa estás presente en todos los libros, en mis compañeros de viaje “Inventario” e “Inventario II”. En casa estás presente esta noche y serás invitado cada año para día de muertos.

Gracias Mario, porque fuiste de mis primeras lecturas, porque en tu poesía descubrí la palabra exilio, la dignidad y la rabia.
Gracias por haberme enseñado que el Sur también existe; que el Uruguay lleva tu voz en su niebla, su río de la plata. Gracias Mario, por haberme acompañado desde 1992, por haberme dejado compartir los versos con los amigos y por los puentes que ahí comenzaron. Gracias por haberme enamorado de la poesía, gracias a ti comencé a garabatear mis propios versos, gracias a ti empecé a buscar mi propia voz. Gracias por los años que vendrán y que me descubriré rumiando tus versos.

Gracias Mario, buen viaje.

***
Botella al mar

El mar un azar
Vicente Huidobro

Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.

***
Rostro de vos


Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin un temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan a su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos

y es una soledad
tan desolada.

***

Corazón Coraza
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Mario Benedetti
(14 Sept.,1920 – 17 Mayo, 2009)

miércoles, 29 de abril de 2009

adiós, Idea




Ayer murió Idea Vilariño, en su ciudad natal, Montevideo.

A Idea no le gustaba dar entrevistas, no le gustaba ser una figura pública, no le gustaba que la fotografiaran, no le gustaba leer su poesía frente al público, no le gustaban los homenajes. Idea estaba siempre triste, la tristeza la llevaba en la voz, en los pasos.

En página/12 se publicó hoy lo siguiente:
“La poesía fue conmigo siempre –dijo en uno de los pocos reportajes que concedió a la escritora Elena Poniatowska–. La viví naturalmente, como algo inevitable, privado, que no me daba ningún realce y la hacía sin deliberación, sin proponérmelo, como lo hice después, como lo he hecho siempre. Creo que nunca supe cómo iba a terminar un poema, hasta ahora es así. Necesito decir algo; eso es compulsivo. Pero no sé cómo lo diré, aunque al escribir tenga un dominio absoluto de lo que hago, pero desde la primera línea el poema, su ritmo, eso que es imperativo decir me lleva hasta el final, hasta el cierre inevitable.”

Y también en la misma entrevista dijo: “Mi poesía soy yo. Por eso no me interesaba publicar; es más, deseé no haber publicado nunca, hay poemas que jamás mostré. Escribir era otro asunto. Nunca escribí pensando que alguien lo leyera. Lo que decía era privadísimo y no buscaba llegar a otro, comunicar. Publicar fue tan contradictorio, tan poco coherente como seguir viviendo cuando sabía, y cómo, cuando pensaba lo que pensaba del hecho de vivir. Esas incoherencias fueron difíciles de sobrellevar. A esta altura ya nada importa.”

Nihilista, triste, sola. Sus versos hablaron con la palabra feroz.

Tengo en mi biblioteca 4 libros escritos por ella, mi favorito es “No”. Libro que me hizo temblar en más de un verso.

Murió a los 89 años de edad, nació y murió en el Uruguay.

Adiós Idea, gracias por todos los versos.

***

Yo quisiera

Yo quisiera llorando
decírtelo
mostrarte
decirte destrucción
y que tú me entndieras
o decirte
el verano se fue
o decirte
no te amo
y que tú me entendieras.

Idea Vilariño
(18 Ago., 1920 – 28 Abr., 2009)

***

martes, 14 de abril de 2009

séptimo año


... y son ya siete hermosos años de aquella primera mirada, de aquel zócalo lleno de gente y de noche, del principio de un futuro increíble.



siete años de estar juntos.



gracias por estar aquí, gracias por estar ahí, gracias por estar en lo que vendrá.

martes, 7 de abril de 2009

Radiohead llena la noche
















para magda, sebastián y fiore


(llegar corriendo, caminar y caminar, no encontrar la entrada, darle vueltas al lugar, caminar, caminar, la multitud. entrar. en el escenario kraftwerk haciendo de las suyas. gente y más gente. esperar. aplaudirle a kratwerk. la noche estrellada, el cielo despejado, los aviones pasando. ciudad de méxico, domingo 15 de marzo del 2009. music non stop, kraftwerk se retira del escenario. ahora esperar un poco más, el aire en la cara)

Comienza la magia: en el escenario, una reja de tubos led, entran Thom Yorke, Jonny Greenwood, Ed O’Brien, Colin Greenwood y Phil Selway. Radiohead llena la noche.

Comienza la magia: “15 step” abre la noche, Radiohead recibe a México con una canción de su último disco, la multitud loca no deja que se escuche.

Realmente está ocurriendo. Thom Yorke está cantando bajo la noche, esto es real, sucede aquí y ahora. En eso está mi cabeza cuando suena “Airbag” del disco fetiche, “OK Computer”, la piel erizada, la garganta enloquecida. Luego viene “There There (The Boney King of Nowhere)”, canción de las favoritas, Mau enloquecido y feliz brinca entre la multitud. Luces de colores se desprenden del escenario. La música es estridente y hermosa.

Avanza la noche y tras algunas canciones aparece algo del mítico “Kid A”, de cuando Radiohead se reinventó superándose sin repetirse: “The National Anthem”, todo el foro se vuelve rojo. El ruido lo invade todo, mi estómago, mis pulmones. La sangre feliz. Luego “No Surprises”, la garganta bien abierta, la felicidad plena.

En el escenario “Jigsaw Falling Into Place”, seguido de “Lucky”, canción que desde entonces me da vuelta en la cabeza. Con “Reckoner” se pinta de rosa el escenario y las luces lo llenan todo, siguen las fantásticas “Optimistic” e “Idioteque”. En el escenario se dibujan árboles falsos, tan verdes: “Fake Plastic Trees”, la piel se eriza. Radiohead toca “Bodysnatchers” y se retiran. La multitud loca y feliz. Mau en silencio espera que vuelvan al escenario.

Y el regreso es brutal: “Videotape”… Mau no lo puede creer… “Paranoid Android”, canción que me cambió la vida en 1997 y otra de las favoritas de siempre, “Street Spirit (Fade Out)” del disco “The Bends”.

Otra vez Radiohead se retira del escenario y otra vez vuelven: “Pyramid Song” para quitar el aire y el cierre del concierto, un breve cover a R.E.M., “The one I love”, y después, cierre final: “Everything In Its Right Place”.

Ciertamente, todo está en el lugar correcto. Luces rojas, letras enormes llenan el escenario. Todo. Y si, eso estaba sucediendo. Sucedió y fue magnífico.
(en 1997, sin saberlo, escuché a radiohead en londres, en un concierto pequeño y con cerveza, tal y como ahora no interacuaron mucho, se dedicaron a tocar su música y agradecer unpar de veces los aplausos. ya los admiraba por “the bends” desde 1995, uno de mis primeros discos, y ahora cantaban canciones nuevas. no sabía aún que en unos meses caería en mis manos (y mis ojos) el disco fetiche, el rey de mis discos, “ok computer”: ese disco me salvaría la vida, ese disco me devolvía la vida y era la cuerda a la que me aferré para no hundirme en los tristes días del verano de la derrota. después, radiohead a seguido a mi lado, invadiéndome el alma y el insomnio. de sus 7 lps, 6 están entre mis favoritos y 3 de ellos, “ok computer”, “kid a” y “amnesiac”, están entre aquellos que considero de los mejores discos jamás hechos y son además discos fetiche. el oso o monstruo que los acompaña en sus imágenes es también una parte importante de mi)





(las fotografías son cortesía de mi amigo rodolfo rivera, tomadas durante el concierto del día 16 de marzo)