sábado, 31 de marzo de 2012

esas islas del insomnio









“y yo pensando en lo que habrá de tan importante en la vida
que las hace apegarse a ella detestando morir y esto no sólo la
gente, los perros, los pájaros, si un milano llevaba un pollo el
pollo sacudiéndose a gritos que preceden a la desesperación y
a la agonía de los huesos perdidos,…”
António Lobo Antunes

claro, ya lo sabía de antemano. sería un libro doloroso. maravilloso, eso sí (un lenguaje increíble, una manera formidable, única, de contar una historia, un manejo de voces envidiable, voces que se mezclan, que hablan y son propias, monólogos que sin escuchar lo que dicen los demás genera un diálogo de sordos, no, no de sordos… un diálogo estéril), pero doloroso.

termino de leer “el archipiélago del insomnio” (2008), una novela de antónio lobo antunes, el gran novelista portugués (gran obsesión desde que leí la gran novela “manual de inquisidores” (1996) y uno de los 3 portugueses que me hacen amar las letras (junto con fernando pessoa y josé saramago) y sin duda una de mis influencias más importantes en la forma de leer/escribir narrativa. desde que encontré ese libro publicado en español por siruela, que compré porque me encantó el título y porque me parecía genial que un escritor se apellidara lobo, lobo antunes me ha sido compañero de lecturas, de insomnios, de largas noches leyéndolo y pensando en sus personajes).

de lobo antunes sé realmente pocas cosas: es portugués, de lisboa, psiquiatra de profesión, fue a la guerra de angola que lo marcó, comenzó a escribir en 1979 y fue ganador del prémio camões (el cervantes de las letras lusas) en 2007 y del premio de la fil en 2008, constante candidato al nobel. ha publicado 22 novelas, 4 libros de crónicas, poesía, un cuento infantil y ha publicado dos o tres libros de notas periodísticas y uno de sus cartas cuando estuvo en angola… pero lo que si tengo claro es que es un escritor que vale la pena a pesar de que no es fácil. sus libros duelen. hay que estar listos para los cambios de personaje, de voces, para enfrentar la obsesión que se vuelve un poco locura, su densidad, pero sobre todo su tristeza. esa sensación de que, no importa que se haga, todo estará mal o peor.

es un libro a tres voces. el tema: la obsesión por la pérdida, la decadencia, los fantasmas de los recuerdos, la muerte física y la de ser olvidado, ser pedazos de polvo que se perderán inevitablemente. el las tres voces que narran la historia, que se entremezclan, que hablan del pasado que cada vez es más difuso y menos claro, que hablan de sus historias que comienzan siendo importantes para ellos pero con el paso del tiempo los personajes llegan a la conclusión que no son importantes ni para ellos mismos, que dios ha caducado y que los ha olvidado en un lugar donde todo, al igual que su memoria, sus recuerdos y su cuerpo, se cae a pedazos.



(además de su forma de escribir, amo los títulos de sus libros)

miércoles, 28 de marzo de 2012

a veces

“Un perro pasa royendo el hueso de otro perro que fue…”
César Vallejo

a veces me cuesta trabajo encontrar la calma. como si algo se hubiese desprendido de mi alma o corazón, algo queda suelto o bien se escapa de mis manos y no me siento tranquilo: el insomnio viene y ronda las habitaciones de casa, el mal humor se instala felizmente, la cabeza no funciona adecuadamente y el hombrecito de la cabeza pareciera desbordado acomodando cosas que están fuera de lugar. y en la cabeza todo está fuera de lugar siempre. estos días algo sucede, pero algo está fuera de su lugar. algo que me grita desde adentro. y no es el hombrecito de la cabeza, quizá es el monstruo que me respira en el cuello lentamente. los ojos de lobo que se alcanzan a reflejar en la ventana cuando es noche y hace obscuridad y la calma no llega.

y cuando no llega, esta canción de "nubes en mi casa" detiene la furia. la marea se detiene un rato. y vuelve la calma y puedo dormir.

http://www.youtube.com/watch?v=InDVbQICWyI