jueves, 16 de agosto de 2012

36

“Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca,
ruega que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.”
Constantino Cavafis




hasta el momento el camino ha durado 36 años. el camino ha sido largo, me ha mostrado mucho y he aprendido mucho: el amor, el desamor, la felicidad, las risas, los amigos, las traiciones, el aburrimiento, la maravilla de leer, los cientos de libros leídos, los miles de libros por leer, aceptar que hay millones de libros que no-leeré-jamás (es más, que ni siquiera sé que existen), que se hablan idiomas y que se puede decir a veces la voz anglosajona “warmth” y sentir ese calorcito en la lengua o a veces la portuguesa “saudade” y saber que se habla del mar, sus nostalgias u otros fantasmas.

he aprendido que esta ciudad, mi ciudad de méxico, es maravillosa y que el cuerpo es un objeto fascinante y mágico, que si me lo propongo puedo llegar caminando tan lejos como la geografía me lo permita, que un hecho tan simple como respirar o beber una taza de café pueden salvar el día. he aprendido que nada es para siempre, que la muerte a veces viene como enfermedad larga o como un instante, que hasta la unión soviética o el muro de berlín pueden desaparecer. he visto el sur: he sido feliz y triste allá, perdí una sombra en buenos aires, otra de mis sombras está perdida en japón. estuve y viví londres a mi manera, estuve en un berlín que ya no existe, he recorrido méxico y estados unidos por carretera, largas noches y días viéndolo todo, aprendí que la cerveza en costa rica es deliciosa y que el paraíso sí existe y que está ahí.

tengo mis discos que me acompañan siempre. mis obsesiones nuevas y recurrentes, mi hombrecito en la cabeza que me acompaña en los insomnios. escribo cosas, tengo muy buenos amigos, un gato que me quiere, mi familia (todos locos, pero buenas personas, je je), 10 años celebrando el paso del tiempo junto a christian. he aprendido que la memoria es un enorme tesoro, que ahí está todo, mi aleph personal.

hace 20 años, en el verano de 1992, celebré con mis amigos más cercanos de aquel entonces, todavía acely, ernesto, lucía y cecilia andan por mi vida. que buen camino, que buen regalo, que buen futuro.

gracias. seguimos andando.

domingo, 5 de agosto de 2012

libros que no buscaba

ayer fue un buen día para la cacería de libros. en realidad, han sido buenos días desde la semana pasada.



And he would struggle through old words
Unable to forget he once created new ones.
Leonard Cohen


sábado 28 de julio, paseando sin muchas ganas por librerías y caminando horas por la ciudad, el sábado pasado, justo antes de que comenzara la enorme tormenta en la ciudad de méxico, encontré un poemario de leonard cohen, “let us compare mythologies”, justo en el momento en que christian me preguntaba si había algún libro que me interesara. fue un placer navegar por los versos de leonard cohen, curiosamente un poco antes había estado escuchando su disco en vivo, cantando su fantástica “tower of song”. poemas publicados en 1956 por primera vez, cuando cohen tendría sólo 22 años, un paseo vital y trascendente en la poética de este gran cantante, un libro disfrutable e íntimo, poesía feroz.







Fantasmas que todos poseemos         Simplemente
aguardando a alguien o algo sobre las ruinas
Roberto Bolaño

sábado 4 de agosto. en la librería del fondo de cultura económica rosario castellanos en la colonia condesa aparece enfrente de mi ojos un libro de roberto bolaño, “la universidad desconocida”, publicada en 2007, cuando bolaño llevaba 4 años muerto ya. poesía escrita por bolaño, no publicada en conjunto, sino en piezas sueltas en algunas revistas o lecturas aisladas, poesía extraña de este enorme narrador donde en los primeros versos puedo adivinar algunas de las obsesiones de la forma, de la palabra, del lenguaje, de lo que la literatura debe significar para el ser humano. este libro lleva menos de 2 días conmigo y ya tengo favoritos. a ver hasta dónde me lleva.






y también ayer, 4 de agosto, caminando por la colonia condesa, del otro lado de la calle, tarde calurosa pero que amenaza con lluvia, veo una librería que se llama “la torre de lulio” (¿se llama así?), libros de viejo y usados. primera sorpresa: el estante de poesía es increíble. de alguna forma, después de leer “los detectives salvajes” quedé ligeramente sensible hacia la poesía, así que ahí estoy maravillado, viendo títulos y autores, libros que huelen a historias que fueron importantes para alguien alguna vez, y ahí lo veo: “hacia el sur” de juan gelman. la edición de 1982, publicada en méxico por marcha editores. la edición que leí en la biblioteca central de la unam una y otra vez antes de que llegara a mis manos “de palabra” donde se incluye el poemario. ahí está, enfrente de mis manos. ahí está el libro importante, donde están los poemas “otras partes”, “ruiseñores de nuevo”, “yo también escribo cuentos”, “cerezas”, “fuoco”, “los buñuelos de la tía francisca” y, claro, el fantástico poema “literaturas” donde están los versos mágicos:

tu ausencia es más grande que un dinosaurio/
que todos los dinosaurios del mundo juntos/

y no importa la lluvia y no importa nada, me lo llevo y estoy feliz con mis libros. los libros que no buscaba.