esta fue una especie de pausa. el tren salió desde la estación de hakata, rumbo al este. la estación final sería shin-osaka. eran las 8:04 a.m.
el tren hikari avanza y avanza, la vista es fantástica: pequeños pueblos rodeados de montañas, templos, grandes edificios, grandes ciudades, puentes, túneles, campos, niebla. volvemos sobre la misma ruta, pasamos hiroshima, himeji, kobe. a las 10:44 llegamos a shin-osaka.
nos da tiempo suficiente para encontrar el nuevo andén, comprar un bentō de cerdo y arroz, una coca-cola y un café. a las 11:13 a.m., un nuevo hikari nos lleva ahora sí rumbo a tokyo.
avanzamos. volvemos a kyoto por unos minutos. la torre de kyoto, la estación y la pagoda del templo toji nos saludan.
del lado izquierdo del tren se el océano pacífico. del lado derecho, montañas y niebla. cuando comemos se aparece ahí, muy cerquita, el monte fuji. dudamos si es o no por unos instantes. volvemos sobre nuestros pasos: maibara, nagoya, shin-yokohama. tokyo.
son las 2:10 p.m., bajamos del tren. recorrimos medio país, poco más de mil kilómetros en 6 horas y 6 minutos. los pies agradecen el tiempo sin caminar.
el tren hikari avanza y avanza, la vista es fantástica: pequeños pueblos rodeados de montañas, templos, grandes edificios, grandes ciudades, puentes, túneles, campos, niebla. volvemos sobre la misma ruta, pasamos hiroshima, himeji, kobe. a las 10:44 llegamos a shin-osaka.
nos da tiempo suficiente para encontrar el nuevo andén, comprar un bentō de cerdo y arroz, una coca-cola y un café. a las 11:13 a.m., un nuevo hikari nos lleva ahora sí rumbo a tokyo.
avanzamos. volvemos a kyoto por unos minutos. la torre de kyoto, la estación y la pagoda del templo toji nos saludan.
del lado izquierdo del tren se el océano pacífico. del lado derecho, montañas y niebla. cuando comemos se aparece ahí, muy cerquita, el monte fuji. dudamos si es o no por unos instantes. volvemos sobre nuestros pasos: maibara, nagoya, shin-yokohama. tokyo.
son las 2:10 p.m., bajamos del tren. recorrimos medio país, poco más de mil kilómetros en 6 horas y 6 minutos. los pies agradecen el tiempo sin caminar.
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