viernes, 30 de diciembre de 2016

70 años querida patti


[¿qué quedará de estos días? ¿y la memoria? ¿cómo vamos a construirnos? ¿quedará algo?] hoy patti smith cumple 70 años. una enorme alegría. en diciembre de 1975 lanzaba el primer disco, “horses”: el camino ha sido largo y ha cantado y ha guardado silencio por años y ha vuelto a cantar y ha vuelto al camino a cantar las palabras que importan, a decir, básicamente, seguimos aquí y nadie nos calla.

y todavía anda cantando y escribe memorias y toma fotos (tal y como aprendió junto con robert: una o dos tomas, no desperdiciar, aprovechar al máximo el momento de la luz, entender al objeto fotografiado). conforme pasa el tiempo, su presencia y la compañía de su voz y sus letras crecen dentro de mí. la he visto dos veces en vivo llenar el escenario con su voz. y la celebro. feliz cumpleaños patti. felices 70. gracias infinitas por todo, gracias porque todavía ahora tu voz tiembla y aún así canta: bruja increíble, maga de las palabras, sanadora en estos tiempos tristes.   
  



miércoles, 30 de noviembre de 2016

el tiempo y su materia (7)

[¿qué quedará de estos días? ¿qué quedará de la memoria? ¿cómo nos construimos desde el desasosiego y el silencio?



devoro las últimas páginas de “los recuerdos del porvenir” (1963) de elena garro que me fascinó & entristeció simultáneamente, lo termino antes de medianoche (“mau: hay que leer a la garro”, me hago una nota mental y volveremos sobre sus letras pronto), me duró pocos días. sigo sin escribir sobre leonard cohen y su ausencia. pienso en simon & garfunkel y su “i am a rock” (1965) cuando leo esta frase de la garro:

su voz se había deshabitado.

diciembre empieza en unos minutos y pareciera absurdo (volver a) escuchar “i am a rock” (una vez más) porque todavía no es invierno, ni hay un diciembre obscuro y profundo, pero la novela habla de las piedras y de lo que queda y la memoria y, siempre:

i am a rock
i am an island

sábado, 26 de noviembre de 2016

el tiempo y su materia (6)



[este tiempo ¿es tangible? ¿qué quedará de estos días? ¿cómo vamos a contar esta historia? ¿habrá alguien que escuche cuando en unos años hablemos de lo que sucedió en el 2016? ¿dónde guardamos la memoria?] en estos días de frío no puedo concentrarme y la novela de lezama lima simplemente no la puedo acabar de leer, pero tomé “los recuerdos del porvenir” de elena garro y sentí una bocanada de aire fresco (y habla de la memoria, desde la memoria, veamos a dónde nos lleva). los pies helados. una canción de perfume genius viene y vuelve, “dark parts”:

the hands of god were bigger than grandpa’s eyes
but sill he broke the elastic on your waist
but he’ll never break you, baby
but he’ll never break you baby

bebo café y té negro con miel en las noches. camino cansado. me hace feliz encontrar libros de poesía y volver a los mismos versos que me han hecho temblar. murió leonard cohen y no he escrito sobre ello pero escucho “chelsea hotel nº2” y me lleno de luz. el mundo que conocíamos construido con tanto siglo xx se viene abajo. los amigos se mudan a yucatán. en la madrugada se supo que había muerto fidel castro y terminaba un capítulo de la historia, de la gran historia, la isla caribeña que hizo algo que nadie había hecho: decir no. la alegría es un pan recién horneado y el calor en las cobijas. miro las nubes. atardece y amanece todos los días, es lo único que tenemos seguro. hay hojas secas en las calles en la ciudad de méxico. vuelvo a escuchar la misma canción:

i will take the dark part
of your heart into my heart


martes, 11 de octubre de 2016

el tiempo y su materia (5)

[este tiempo ¿es tangible? ¿qué quedará de estos días? ¿cómo construimos un recuerdo? ¿dónde se guarda?


el 11 de octubre de 2008 seis mexicanos llegaron a japón: querían ver los árboles en el otoño. ese era el motivo del viaje y eso fue un detonador de un sueño, de poner en marcha un plan, de ir viendo que era posible y que era probable y que los boletos de avión estaban comprados, que los pases de tren estaban listos, que discutíamos posibilidades geográficas y logísticas. al final, el viaje no fue como lo habías planeado ninguno de los seis. al final el viaje fue maravilloso y extraño e íntimo y poderoso. ¿sucedió de verdad? ¿olímos japón? ¿comimos tallarines todos los días? ¿hubo sol y frío? ¿hubo hojas de otoño? ¿escribí muchos versos con tinta roja en un cuaderno de tapa negra? ¿me encontré? ¿me perdí? ¿quise llorar? ¿me desarmé desarmando? ¿desatamos una madeja de hilos? ¿qué había en el templo de la rata? ¿ese atardecer sucedió? ¿vi la belleza escuchando a cocorosie? qué maravilla, la memoria.









jueves, 15 de septiembre de 2016

cosas que celebrar

creo, de verdad lo creo, que hay mucho que celebrar hoy.



y un poco es como con todas las cosas, no es que hoy me guste mi país y el resto del año lo ignore, no. pero veo y oigo muchos comentarios de “no hay nada que celebrar de méxico”. creo que sí lo hay, y mucho: celebro, para empezar, el pozole verde.

sé que en mi país hay pobreza, corrupción, violencia, narco, injusticias, políticos, mala información, y la lista puede ser larga. ¿qué hago para resolverlo? ¿me quedo quieto a ver si el gobierno lo resuelve? ¿si un héroe cacique viene y lo resuelve? no, me levanto y hago. digo. transformo. cosas tan simples como llegar a la hora que acordé con alguien (aunque esto se vuelve una lucha monumental conmigo mismo a veces), pagar mi pasaje en el transporte público, no tirar basura, ayudar si puedo, no estorbar si no puedo ayudar, consumir responsablemente y consumir en negocios locales. esas cosas. no solo me quejo: hago. y, lo mejor, no estoy solo en esto: celebro que este país tiene millones y millones de gente que todos los días trabajamos y que hacemos nuestro esfuerzo para que este sea un buen lugar para vivir: ayudamos, cumplimos, estamos. celebro que hay alguien en twitter hoy que escribe “Necesitamos dejar de hablar de México en tercera persona #yosoyMéxico #yohagoMéxico”.

celebro que en este país está mi cineteca y que ahí converge el cine del mundo y puede uno ver una película de roberto gavaldón de 1947 restaurada o una magnífica “te prometo anarquía” (2015) de julio hernández cordón y tomar un café veracruzano, aquí & ahora. celebro que tenemos una geografía inmensa e impresionante, que tenemos muchísimos años de historia, que nos hemos mezclado desde siempre y que al final somos una mezcla de culturas originarias, españoles que vinieron, mestizos, migraciones que fueron llegando. en mi historia genética hay españoles, un bisabuelo rarámuri, un alemán perdido en batopilas, chihuahua, un largo linaje nacido en el valle de méxico, chilango orgulloso, mi abuela gringa; en mi historia no genética está el exilio español y el exilio de los argentinos y uruguayos, una inglesa que llegó y no se fue, una catalana, los gitanos-canarios del gabi’s, los japoneses de c.o.m.e., todos ellos me dejaron huella; es en este país donde convergen siglos de culturas, maneras de pensar, maneras de hablar, podemos decir popocatépetl o don goyo, podemos decir la palabra chocolate y celebrarlo, podemos beber café mexicano que es riquísimo, podemos maravillarnos de la arquitectura y las ruinas, acá podemos ver la obra de félix candela, lo que hizo gabriel figueroa, con los cielos y la luz que repiten los gestos tantos años después en estos paisajes, lo que escribió xavier villaurrutia, en este país escribió efraín huerta y sembró semillas y sin méxico no existirían “los detectives salvajes” de roberto bolaño. acá podemos leer lo que hoy día escribe alguien como maricela guerrero, paula abramo, sara uribe, mónica gameros, césar cañedo o luis felipe fabre, lo que hoy construye musicalmente alguien como ely guerra. y el pozole verde (y el mezcal, los tacos al pastor, las carnitas michoacanas, la comida yucateca, las tlayudas oaxaqueñas, los chilaquiles, las quesadillas sin queso lo que es perfectamente lógico, las quesadillas con queso que son buenísimas, los tamales en sus mil presentaciones y regiones, esas cosas y un larguísimo etcétera culinario), por supuesto.

mi país es mucho más que sus políticos, que sus gobiernos y sus malas mañas y que las cosas malas que tenemos como sociedad y cultura, pero esas cosas tenemos que cambiarlas, reconocernos en ellas y hacer lo que podamos, paso a pasito para cambiar, paso a pasito para que el cambio perdure. 


mi méxico vale mucho la pena y lo celebro. mucho por hacer, mucho que festejar, la verdad. feliz cumpleaños país.  

 
 

jueves, 11 de agosto de 2016

cosas que no son frágiles

de nuevo, a la manera de sei shōnagon, cosas que no son frágiles:

(aquí debería ir otra foto, pero es el mar)

el ruido del mar, las ganas de ver el mar. una & otra vez.
la roca volcánica, las raíces de los árboles & de uno mismo, lo que sembraron los abuelos.
ese incendio tan de ovidio, tan de orfeo, el hilo que sostiene teseo en una mano y del que borges escribirá unos versos en 1984. gustav mahler & sus cosas, los escalofríos. algunas amistades, las obsesiones, la felicidad de encontrar un libro, la admiración por las nubes de gabriel figueroa, las ganas de viajar y conocer lugares, algunos fantasmas & su compañía, un pensamiento recurrente, el silencio por dentro, mi ipod que es un sobreviviente indestructible pese a mi (mala) relación con la gravedad.
un reloj que dejó de moverse el 6 de agosto de 1945 a las 8:15 a.m.
el miedo (a veces), la tristeza (casi siempre).
cuando tomo una decisión, cuando el rencor me gana, cuando tengo que hablar.

la voz de anonhi, necesitar escribir con tinta negra, las ganas de comer pan.


lunes, 1 de agosto de 2016

cosas que son frágiles

a maría jaime, gracias.

a la manera de sei shōnagon, cosas que son frágiles:

la luz justo antes que anochezca, la vida, las cosas que la forman, un crisantemo que se marchita, lo que sucede cuando se enuncian ciertas palabras, los secretos, el cemento debajo de un árbol, el recuerdo de una textura en los dedos, las costillas (a veces), mis tobillos, el instante en que comenzará a llover, caminar sobre el hielo, un vaso de vidrio que se cae, lo que construimos si se mueve la tierra, una fotografía si hay furia o fuego, un verso antes de despertar, la alegría, un mazapán, nuestro incierto lugar en un altar de muertos, la calma.



domingo, 10 de julio de 2016

romperse, armarse

pedro almodóvar (1949) es un gran contador de historias. te sientas en el cine y te olvidas por un rato que estás mirando una película, más bien estás metiéndote en la vida de personas a quienes hace apenas un rato no conocías.


“julieta” (2016) es su última película, el largometraje 20, inspirado en tres relatos de la canadiense alice munro  (1931, nobel 2013. en las letras de munro la desolación y los secretos y lo que no se dijo y lo que no se dice te dejan esa sensación de “numbness” tan peculiar. la adaptación fílmica logra acercarse a esas letras). escuchas la voz de la hija de julieta decir “estoy loca de dolor” y sientes el escalofrío de que te están contando cosas verdaderamente íntimas: quiénes son, de dónde vienen, lo que les duele, lo que no le cuentan a nadie más.

el personaje principal, julieta, lo interpretan increíblemente emma suárez (mayor) y adriana ugarte (joven), en los ojos de ambas está el mismo personaje y está lo que le sucede a julieta a través del tiempo, eso que le sucede pasa de los ojos de emma a los de adriana y de regreso. los vasos de agua nunca están llenos, siendo objetivos y no metafóricos, están siempre medio vacíos. hay una foto donde aparece kurosawa sonriendo y otra con chavela vargas sonriendo también y hay fotos rotas. hay cosas que se rompen, hay cosas que se arman, hay redes. hay homenajes a pinturas, a películas, a libros. hay cartas que se envían por correo. hay una manera de contar la historia usando el concreto, la arquitectura, el sol, papel tapiz, la textura de una tela, libreros y muebles, el sol entrando en una sala en madrid: a través de lo arquitectónico estamos entendiendo la historia que nos cuentan. un vestido fantástico. la movida madrileña está ahí y están los 90 y estos días del siglo xxi de los que no sabemos qué quedará. en “julieta”, el tiempo está ahí. está el deseo en miradas, en secretos, en frases que se dicen en un tren, en el mar de galicia, en una casa, en una huerta, en cómo se esculpe una escultura y en cómo se cuenta un mito antiguo, el deseo en la piel.

a “julieta” la pongo entre las grandes de almodóvar. esas películas 
redonditas y completas, ahí donde están “todo sobre mi madre” (1999), “la ley del deseo” (1987), “volver” (2006) y “mujeres al borde de un ataque de nervios” (1988). es de las películas que volveré a ver varias veces. véanla en pantalla grande, no se lo pierdan.


martes, 28 de junio de 2016

tirar piedras


¿qué habrá sentido marsha p. johnson cuando tomó una piedra y la aventó contra la policía de nueva york que, una vez más, hacía una redada contra los gays, transexuales, lesbianas y travestis que estaban esa noche del 28 de junio de 1969 en el stonewall inn? ¿se habrá asustado? ¿habrá pensado “i’ve had enough”? ¿se habrá arrepentido al ver la piedra avanzar en el aire contra los policías que, una vez más, violentaban sus cuerpos y sus sexualidades y sus tiempos y sus espacios? ¿qué habrán sentido los demás que estaban ahí, encerrados en el stonewall  inn viendo que una transexual negra decía basta aventando una piedra? ¿el miedo que sentían era menos que la furia? ¿sabían o se imaginaban que esa madrugada cambiarían su mundo y el mundo? 47 años después este es otro mundo. esa lucha, la de las libertades sexuales y el reconocimiento a las sexualidades periféricas, se ponía en pie de guerra y no hay manera de detenerla.

un testimonio del libro “stonewall: the riots that sparked the gay revolution” de david carter, publicado en 2004: “ya no íbamos a caminar sumisamente por las noches y dejar que se metieran con nosotros. […] y eso fue lo que sorprendió a la policía. había algo en el aire, libertad que hacía falta hacía mucho tiempo, e íbamos a luchar por ella. se manifestó en dos formas diferentes, pero el resultado final era que no íbamos a ceder. y no lo hicimos.”

hoy, en mi ciudad, puedo caminar con mi pareja en la calle sin miedo, puedo hablar de él en mi trabajo y darle un beso o tomarlo de la mano. hoy, los amigos heterosexuales enfurecen cuando alguien muestra su homofobia. hoy podemos exigir todos los derechos para todas las familias. hoy podemos leer a cavafis en el transporte público. falta muchísimo por hacer, pero este es un camino donde se ha avanzado mucho. ni la iglesia retrógrada, ni las voces homofóbicas, ni los violentos, ni siquiera los asesinos de gays, lesbianas, transgéneros y travestis nos van a detener. ésta es muestra vida & estos nuestros cuerpos.


gracias marsha por esa primera piedra. gracias infinitas.



lunes, 30 de mayo de 2016

el tiempo y su materia (4)

[este tiempo ¿es tangible? ¿qué quedará de estos días? ¿construimos el tiempo con lodo, con aire, con miedo, con historias que nos contamos cuando anochece?] pienso en los versos que escribió sergio loo (ciudad de méxico, 1982-2014), sabiendo que el cáncer avanzaba y que, pronto, su tiempo se acabaría. pienso en la finitud. en lo que quedará, si es que quedará algo. pienso en cómo se habrá sentido tras escribir el texto llamado “tarso” y el proceso de escritura (¿lo escribió con tinta y papel? ¿tecleó en una computadora? ¿corrigió? ¿salió a la primera? ¿creció, tachó, cambió cosas del texto?).


¿qué sintió en la garganta o en el lenguaje cuando escribió: “Ésta es mi voz. Éstos son tus oídos que escuchan mi voz.”?

¿supo que eso sobreviviría cuando escribió: “Ésta es la lejanía que siento aunque estés adentro, a un lado. Ésta es la larga lista de lo que digo para que exista.”?

¿le habrá faltado el aire al escribir: “Éste es el verbo nombrar y significa traer o hacer presente.”?



lo vuelvo a leer, mayo se acaba. afuera ya es la noche y llovió un rato. aquí, ahora, todo sigue.


(el texto “tarso” es parte del libro “operación al cuerpo enfermo” de sergio loo, ediciones acapulco, méxico, 2015, un libro verde, último de los libros-tesoro que han caído en mis manos. este libro póstumo de poesía (o prosa poética o narrativa hilada con aire o juego del lenguaje) es una verdadera maravilla: una bocanada de aire fresco, palabras que hablan de lo importante, palabras para subrayar con tinta negra)

lunes, 4 de abril de 2016

40 años del exilio argentino: construir la memoria

“Llamar a las cosas por su nombre es otro exilio.”
Juan Gelman

la Historia (con mayúsculas) se construye de muchas historias, muchas de ellas mudas o poco conocidas o que no aparecen mucho en los libros o que se pierden porque no se enuncian o que se pierden porque nadie las quiere recordar. mi ciudad y mi país están construidos de muchas historias de esas (no somos un país homogéneo, somos un país multicultural y lleno de muchos otros que llegan y se quedan, que vienen de paso y dejan sus palabras y sus costumbres, los republicanos españoles, los libaneses y sefaradíes (que apenas entendí porque llegaron), los europeos de los años 40s, los sudamericanos, la gente de otros estados de la república, en fin, ese es otro tema…); en particular me interesa hablar de una exposición que acaba de abrir y se llama “méxico: ciudad refugio. a 40 años del exilio argentino”, con curaduría de la talentosísisma fotógrafa valentina siniego y que habla de cómo la ciudad de méxico se abrió (¡hace 40 años!) en 1976 para recibir a muchísimos argentinos que llegaron huyendo y que encontraron aquí tierra segura y algo que los hizo echar raíces de una u otra forma, aunque regresaron al sur en los 80s, una parte de ellos siempre se quedó aquí. 


a la entrada de la exposición (y aquí arriba) hay una fotografía tomada el 28 de agosto de 1976 (el 24 habían desaparecido a marcelo gelman y a su esposa claudia quien estaba embarazada), donde cristina malanca junto con su hijo nicolás cabral en una carriola caminan hacia el avión que los llevará a méxico. en la instalación de la entrada a cristina se salen dos corazones, uno rojo en la dirección en la que camina, uno azul en la dirección en que mira. esa fotografía muestra perfectamente el exilio argenmex. lo que se queda en casa, lo que se gana al irse. en la exposición está la fotografía original, pequeñita, dramática, con los datos de la historia personal y de la fotografía en sí.

la exposición muestra con imágenes y textos una historia inmensamente triste pero que también es una historia feliz: al huir y dejar todo excepto el idioma y alguna maleta, esta ciudad les permitió reconstruirse y continuar. aquí se construyó el corazón argenmex.  con imágenes y textos uno puede entender el momento histórico, la tragedia de los desaparecidos (si, más de 30,000 y más de 500 niños), la violencia de la dictadura, lo que significa la lucha de las madres de la plaza de mayo y de las abuelas y los símbolos, el rol de las organizaciones argentinas en el exilio, los procesos de huida y reconstrucción, el increíble poder de las cartas enviadas por correo, el horror de las denuncias ante la desaparición y asesinato de jóvenes, el secuestro de los bebés, el shock y la maravilla de llegar a una ciudad de méxico como la de 1976-1977, la lucha por la verdad, la memoria y la justicia, porque es importante decir cada 24 de marzo “nunca más”, lo que significan los gestos solidarios desde los otros, la construcción colectiva de la memoria a partir de las memorias e historias individuales.



nicolás cabral lo describe infinitamente mejor en uno de los textos de la exposición, que transcribo íntegro (las negritas del final son mías):

“La llegada

La patria es la infancia, dicen unos (tal vez citando a Rilke). La patria es la lengua, dicen otros (suelen ser escritores). ¿Cuál es la patria de aquellos a los que se les niega el país de origen? ¿Y la de las familias que abandonan proyectos de vida para atender imperativos de supervivencia? Pisar el suelo mexicano fue, para miles de argentinos, un hecho alegre. En el aire había un nuevo olor, mezcla de maíz y alivio: el exilio es preferible a la cárcel o la muerte.
Después claro, la vida siguió su curso: allá, nada detenía el proyecto depredador; aquí, las diferencias ideológicas se mantenía. Por lo demás, había que encontrar modos de subsistir, a veces reinventándose (la política no es cosa de expatriados). Al margen del repertorio de chistes, los recién llegados experimentaron generosidad. Todos pensaban en volver, pero muchos nunca lo hicieron: se los reconoce por ese acento inconfundiblemente argentino (aquí) y extrañamente mexicano (allá).
Algunos, los que llegaron en brazos o demasiado jóvenes, son prácticamente indistinguibles de los locales, aunque les quede algún rasgo de origen. La identidad, uno de los temas más visitados por el pensamiento latinoamericano, adquiere nuevas complejidades. El que reconstruye su vida en otro país tiene un rostro bifronte e inestable: el lugar que se deja no vuelve a ser el mismo; el lugar al que se llega nunca termina de ser propio. No es una tragedia: tragedia es no haber vivido para contarlo.

esta es una historia que hay que contar. que nunca se olvide.



(la exposición “méxico: ciudad refugio. a 40 años del exilio argentino”está en el museo archivo de la fotografía, Guatemala 34, centro histórico, atrás de catedral, en la ciudad de méxico hasta el 20 de junio de 2016. la entrada es gratis y está en pleno centro de la ciudad, así que vale la pena ir, aprender, ver, y luego uno puede ir a pasear muy felizmente)


jueves, 31 de marzo de 2016

Señora Zaha Hadid

“They thought I was a troublemaker”
Zaha Hadid


[este tiempo ¿es tangible? ¿qué quedó en verdad de esos días?]

antes de entrar a la facultad de arquitectura ya sabía que existía una arquitecta iraquí-inglesa que se llamaba zaha hadid, ya era una personalidad en el mundillo de los arquitectos porque lo que proponía como proyectos no se podían construir pero ella insistía en pelear contra la línea recta, contra la estructura rígida, contra los materiales existentes y la tecnología de principios de los 90s y, de alguna manera peleaba también ferozmente contra el funcionalismo y toda la escuela de la bauhaus, de don mies el alemán y de don le corbusier el francés, curiosamente, aprendiz de don oscar el brasileño, apasionados por la línea no-recta y por el uso casi mágico del concreto.


ya estando en la escuela, en esos años de formación como el-arquitecto-que-no-fui, en un congreso en monterrey del que te tengo recuerdos extraños ahogados en vino barato padre kino, zaha hadid habló de sus proyectos, de que lo verdaderamente importante al diseñar un proyecto era generar emociones en los espacios diseñados y habló de algo que causó algunos meses de problemas para nuestros maestros, algo así como (palabras más, palabras menos, 21 años de por medio en la memoria): “el arquitecto tiene que diseñar según sus propias obsesiones estéticas pensando en que algún día puede existir la tecnología para construirlo, aunque hoy no sea posible”. única mujer en tener un premio pritzker de arquitectura (2004; en 2010 se le dio el premio al despacho japonés SANAA  liderado por la arquitecta kazuyo sejima y el arquitecto ryue nizhizawa).


en fin, hoy, último día de marzo de 2016, su corazón explotó. la señora hadid puede estar contenta que hoy se habla de su muerte y de su obra, según yo, ni la muerte de oscar niemeyer, generó tantos comentarios. que alegría que la obra (poco construido, mucho pensado) de una arquitecta genere discusión, artículos, fotografías, reavive la memoria. adiós señora y gracias.

ella dijo:  
“I don't think that architecture is only about shelter, is only about a very simple enclosure. It should be able to excite you, to calm you, to make you think.”

Y también:

“I miss aspects of being in the Arab world - the language - and there is a tranquility in these cities with great rivers. Whether it's Cairo or Baghdad, you sit there and you think, 'This river has flown here for thousands of years.' There are magical moments in these places.”


miércoles, 30 de marzo de 2016

el tiempo y su materia (3)

[este tiempo ¿es tangible? ¿qué quedará de estos días?] desde que estuvo disponible, tuve en mis oídos el último disco de björk, “vulnicura” (2015). estas cosas de la modernidad hicieron que tuviera el disco pero sin tenerlo. desde el 20 de enero de 2015 lo escuché y “black lake” y sus poquito más de 10 minutos fueron parte del soundtrack de la vida: (lo escribí en su momento) canción ancla. hoy lo compré físicamente y con ello completé mi colección con los ocho discos de björk, a quien he venido escuchando desde ¿1993? ¿1994? y quien me maravilla y me hace enojar cuando no me gusta lo que hace y me fascina e hipnotiza cuando hace maravillas como el último disco. cosas tan simples como comprar un disco y darse cuenta que lo has escuchado durante catorce meses (y luego el atardecer y el tema de la miel y sin saber a dónde se va el rumbo no parece tan perdido de pronto).


“black lake” termina así:

i am a glowing shiny rocket
returning home
as i enter the atmosphere
i burn off layer by layer
jettison

(la amo, obsesivamente. otra vez. otra vez. aquieta monstruos):

martes, 29 de marzo de 2016

el tiempo y su materia (2)

té negro con miel, de nuevo. atardece. hoy no sucedió mayor cosa, hizo calor en la ciudad y hubo viento ¿por qué sigo pensando en el asunto del tiempo? ¿será que no he podido avanzar en las lecturas como hubiera querido? ¿qué llevo un par de semanas queriendo escuchar la novena sinfonía de gustav mahler y no he tenido el espacio para sentarme una hora y veintidós minutos a escuchar esos silencios, a estar ausente pero presente escuchado? la pregunta se repite: este tiempo ¿es tangible? ¿qué quedará de estos días? cada día comienza y termina y el sol lleva a cabo su increíble espectáculo (o no, es invisible y ausente y todo es gris), ¿qué sucede si sacudo mis categorías metafísicas? ¿alguien se entera? ¿si hablo, aunque la habitación esté vacía, alguien escucha? ¿qué, pero qué, quedará de estos días? suena paul banks, una sonrisa:




martes, 16 de febrero de 2016

del tiempo y su materia

¿con qué extraños materiales construimos el tiempo? ¿cómo aseguramos que pasa ? ¿cómo es que volvemos una y otra vez a la misma idea? por ejemplo, cortar un betabel y maravillarse una y otra vez por toda la belleza del vegetal sangrante. ¿cómo sé que pasa el tiempo si vuelvo a pensar, de nuevo, que la palabra “archipiélago” es hermosa pero pésima para escribir un haiku? ¿cómo saber que pasa el tiempo si en estos días de invierno hay más hojas secas y de colores ocres y rojizos que hace un par de meses y ya están floreciendo los ciruelos? ¿dónde estoy parado? este tiempo ¿es tangible? ¿qué quedará de estos días?


inhalo. exhalo. así, repito mis propias categorías metafísicas, todo aquello del aquí & ahora, el antes & después, el fascinante y recién descubierto afuera & adentro. siento el sol en la cara y pienso en esto:

(lo que tenía
que decir lo dije con
niebla: temblando)


viernes, 29 de enero de 2016

esperando que hierva el agua

(“sparks”, röyksopp. es de noche y hace frío en la ciudad de méxico. hoy no vi el atardecer desde la ventana, hoy más bien era el viento y la nariz helada, los dedos buscando un rinconcito para esconderse y sentir calor. ahora espero que hierva el agua para preparar un té. la canción es del 2001 y sigue, quince años después, sacando chispitas en el aire. ¿qué cosa será el tiempo que de pronto se estanca y de pronto pasa en un abrir y un cerrar de ojos? ¿cuál es la materia con el que se construye? ¿cómo guarda uno sus recuerdos? ¿la primera vez que se escuchó una canción, hacía frío o no? ¿se bebía té, vino tinto o había sed? ¿tristeza o felicidad? ¿era aquí o era otro lugar? ¿y si aquí ya es otro lugar? ¿había niebla esa noche? ¿era de noche y no pasaban taxis para llegar a casa? ¿estaría pensando en ese verso de walt whitman…

An unseen hand also pass’d over their bodies,
It descended tremblingly from their temples and ribs.

que a veces vuelve a la memoria sin avisar? ¿qué fuegos hubo? ¿cómo será una tarde de verano en oulo, finlandia? esas cosas. el agua hierve. el té negro, con miel)

martes, 19 de enero de 2016

dar pasos

(hay días complicados. la maraña de sombras teje con sus hilos finos alrededor de las palabras y el silencio es un hermoso refugio donde se está muy a gusto. el aire es frío, cuesta trabajo ordenar las ideas. uno recorre mapas invisibles, el aquí & el ahora son densos y brumosos, en la cabeza aparecen ideas de, algún día, conocer budapest o reykiavik o volver al sur porque la brújula nos lleva allá de nuevo. en esos días los libros son enorme compañía y ahí aparecen cosas que se sienten como una bocanada de aire fresco y unos versos escritos por wisława szymborska en 1993 le regresan a uno el aire:

Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.

el texto se llama “un gato en un piso vacío”, del libro “saltaré sobre el fuego”, editado por nórdica libros en 2015 y traducido por abel murcia y gerardo beltrán, las ilustraciones son de kike de la rubia. al final del libro se hace un homenaje de la poesía a la poesía, esos gestos que van de szymborkska a tranströmer, del polaco al sueco. las últimas páginas del libro traen los textos en polaco. la admiración por los traductores y por sergio pitol crece. pienso en cómo le harán los traductores del polaco al español para encontrar el sonido, el concepto, la palabra que ocupe ese otro lugar y entonces me descubro caminando. de nuevo, dando pasos. después de una pausa, seguimos: el camino es largo)