viernes, 21 de noviembre de 2008

relatos japoneses, 16. imágenes de tokyo







tokyo es una ciudad extraña, es ajena y propia a la vez, antigua y moderna, es un poco esquizofrénica, caótica, ordenada, calmada y estresada. luminosa y bella, discreta y ruidosa. tokyo es una marea incansable de multitudes que van, de japoneses que son y pertenecen a esa ciudad, que fotografían a los turistas, que casi no hacen ruido, japoneses que nunca te tocarán. tokyo es una ciudad enorme, repleta de gente y cosas que ver, es una ciudad para vivirla de noche o de día, en cualquier zona, en cualquier barrio. cada calle es una sorpresa. hay barrios donde las sorpresas se dan frente a la maravilla de una ciudad muy antigua, hay otros barrios donde las sorpresas son frente a la modernidad. tokyo no tiene un centro como tal, pero si tiene varios núcleos urbanos: shibuya, ueno, asakusa, akihabara, odaiba, ginza, shinjuku. y muchos más seguramente, porque a mi modo de ver no conocí tokyo.

me quedo con imágenes de tokyo. su museo nacional, edificio maravilloso, con la mejor museografía que he visto jamás y con una colección fantástica; miles de hombres con traje, corbata y miradas vacías caminando rumbo a la estación cerca del museo de edo mientras a su lado un mural anuncia la libertad; letreros luminosos por doquier; los trenes que van y vienen repletos de gente; los restaurantes y su comida de plástico; los vendedores de fruta en la calle y sus mandarinas cuadradas (que según dicen sabían a pera); la noria de odaiba y la línea del monorriel que representa el mayor logro urbanístico que jamás haya conocido (una línea de transporte masivo que su función es transportar miles de personas a los corporativos pero que en su forma ofrece un recorrido visual por la bahía de tokyo, con un sentido claro de disfrute visual); el sonido de los grillos cerca de la torre de tokyo; un edificio junto al río que juega con la luz; árboles; pequeñas plazas en los edificios; la minúscula presencia del ser humano bajo los rascacielos de shinjuku; tokyo de noche brillando desde lo alto.

no conocí tokyo, así que habrá que volver y conocerlo a fondo, pero me quedo con muchas y muchas imágenes del lugar.

volveré a odaiba también, para vivirlo de otra forma.

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