[este tiempo ¿es tangible? ¿qué quedará de
estos días?] desde que estuvo disponible, tuve en mis oídos el último disco
de björk, “vulnicura” (2015). estas cosas de la modernidad hicieron que
tuviera el disco pero sin tenerlo. desde el 20 de enero de 2015 lo escuché y “black
lake” y sus poquito más de 10 minutos fueron parte del soundtrack de la
vida: (lo escribí en su momento) canción ancla. hoy lo compré físicamente y con
ello completé mi colección con los ocho discos de björk, a quien he venido escuchando desde ¿1993? ¿1994? y quien me
maravilla y me hace enojar cuando no me gusta lo que hace y me fascina e hipnotiza
cuando hace maravillas como el último disco. cosas tan simples como comprar un
disco y darse cuenta que lo has escuchado durante catorce meses (y luego el
atardecer y el tema de la miel y sin saber a dónde se va el rumbo no parece tan
perdido de pronto).
“black lake” termina así:
i am a
glowing shiny rocket
returning home
returning home
as i enter
the atmosphere
i burn off layer by layer
i burn off layer by layer
jettison
(la amo, obsesivamente. otra vez. otra
vez. aquieta monstruos):
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