lunes, 4 de abril de 2016

40 años del exilio argentino: construir la memoria

“Llamar a las cosas por su nombre es otro exilio.”
Juan Gelman

la Historia (con mayúsculas) se construye de muchas historias, muchas de ellas mudas o poco conocidas o que no aparecen mucho en los libros o que se pierden porque no se enuncian o que se pierden porque nadie las quiere recordar. mi ciudad y mi país están construidos de muchas historias de esas (no somos un país homogéneo, somos un país multicultural y lleno de muchos otros que llegan y se quedan, que vienen de paso y dejan sus palabras y sus costumbres, los republicanos españoles, los libaneses y sefaradíes (que apenas entendí porque llegaron), los europeos de los años 40s, los sudamericanos, la gente de otros estados de la república, en fin, ese es otro tema…); en particular me interesa hablar de una exposición que acaba de abrir y se llama “méxico: ciudad refugio. a 40 años del exilio argentino”, con curaduría de la talentosísisma fotógrafa valentina siniego y que habla de cómo la ciudad de méxico se abrió (¡hace 40 años!) en 1976 para recibir a muchísimos argentinos que llegaron huyendo y que encontraron aquí tierra segura y algo que los hizo echar raíces de una u otra forma, aunque regresaron al sur en los 80s, una parte de ellos siempre se quedó aquí. 


a la entrada de la exposición (y aquí arriba) hay una fotografía tomada el 28 de agosto de 1976 (el 24 habían desaparecido a marcelo gelman y a su esposa claudia quien estaba embarazada), donde cristina malanca junto con su hijo nicolás cabral en una carriola caminan hacia el avión que los llevará a méxico. en la instalación de la entrada a cristina se salen dos corazones, uno rojo en la dirección en la que camina, uno azul en la dirección en que mira. esa fotografía muestra perfectamente el exilio argenmex. lo que se queda en casa, lo que se gana al irse. en la exposición está la fotografía original, pequeñita, dramática, con los datos de la historia personal y de la fotografía en sí.

la exposición muestra con imágenes y textos una historia inmensamente triste pero que también es una historia feliz: al huir y dejar todo excepto el idioma y alguna maleta, esta ciudad les permitió reconstruirse y continuar. aquí se construyó el corazón argenmex.  con imágenes y textos uno puede entender el momento histórico, la tragedia de los desaparecidos (si, más de 30,000 y más de 500 niños), la violencia de la dictadura, lo que significa la lucha de las madres de la plaza de mayo y de las abuelas y los símbolos, el rol de las organizaciones argentinas en el exilio, los procesos de huida y reconstrucción, el increíble poder de las cartas enviadas por correo, el horror de las denuncias ante la desaparición y asesinato de jóvenes, el secuestro de los bebés, el shock y la maravilla de llegar a una ciudad de méxico como la de 1976-1977, la lucha por la verdad, la memoria y la justicia, porque es importante decir cada 24 de marzo “nunca más”, lo que significan los gestos solidarios desde los otros, la construcción colectiva de la memoria a partir de las memorias e historias individuales.



nicolás cabral lo describe infinitamente mejor en uno de los textos de la exposición, que transcribo íntegro (las negritas del final son mías):

“La llegada

La patria es la infancia, dicen unos (tal vez citando a Rilke). La patria es la lengua, dicen otros (suelen ser escritores). ¿Cuál es la patria de aquellos a los que se les niega el país de origen? ¿Y la de las familias que abandonan proyectos de vida para atender imperativos de supervivencia? Pisar el suelo mexicano fue, para miles de argentinos, un hecho alegre. En el aire había un nuevo olor, mezcla de maíz y alivio: el exilio es preferible a la cárcel o la muerte.
Después claro, la vida siguió su curso: allá, nada detenía el proyecto depredador; aquí, las diferencias ideológicas se mantenía. Por lo demás, había que encontrar modos de subsistir, a veces reinventándose (la política no es cosa de expatriados). Al margen del repertorio de chistes, los recién llegados experimentaron generosidad. Todos pensaban en volver, pero muchos nunca lo hicieron: se los reconoce por ese acento inconfundiblemente argentino (aquí) y extrañamente mexicano (allá).
Algunos, los que llegaron en brazos o demasiado jóvenes, son prácticamente indistinguibles de los locales, aunque les quede algún rasgo de origen. La identidad, uno de los temas más visitados por el pensamiento latinoamericano, adquiere nuevas complejidades. El que reconstruye su vida en otro país tiene un rostro bifronte e inestable: el lugar que se deja no vuelve a ser el mismo; el lugar al que se llega nunca termina de ser propio. No es una tragedia: tragedia es no haber vivido para contarlo.

esta es una historia que hay que contar. que nunca se olvide.



(la exposición “méxico: ciudad refugio. a 40 años del exilio argentino”está en el museo archivo de la fotografía, Guatemala 34, centro histórico, atrás de catedral, en la ciudad de méxico hasta el 20 de junio de 2016. la entrada es gratis y está en pleno centro de la ciudad, así que vale la pena ir, aprender, ver, y luego uno puede ir a pasear muy felizmente)


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