Fosse árvore e, uma a uma,
Caíssem suas folhas
Entre o vestígio e a bruma.”
Fernando Pessoa
hace unos días, el 13 de junio, celebré que en 1888 nacía en lisboa
fernando
pessoa. el poeta portugués. leí algunos versos, pensé en él. le di las
gracias por todo lo que me ha dado. acaricié los libros que tengo en mi
biblioteca. descubrí una nota entre las páginas en tinta azul.
en realidad, él fue una persona pero adentro estaba poblado, no
era que tuviera un corazón-condominio, él tenía un cuerpo-condominio. no sólo
estaba lleno de gente sino lleno de poetas, pobre. seguramente hacer cualquier
cosa le tomaba horas. necesitó ser muchas personas, muchas voces, para
desbordar sus versos y su tinta, para salir de sí mismo y llenar páginas y
hacer poesía.
pareciera que no necesitaba más: sus versos.
el mundo exterior estaba ahí pero su corazón, su tristeza, su
felicidad, sus saudades, su vino tinto y su ventana le bastaban y lo poblaban,
le hacían compañía. escribió “tabaquería” y la poesía estuvo
contenta ese día, escribió la “oda marítima” y la maravilla
sucedió. años después lo seguimos leyendo y seguimos creciendo con sus versos.
desde fernando pessoa tuvimos a álvaro de campos (ingeniero naval),
a ricardo
reis, a alberto caeiro, a bernardo soares y varios otros
(dicen que tuvo hasta 72 heterónimos)
gracias por todo, señor pessoa. gracias por los versos siempre,
gracias por los versos cuando más los necesitaba en aquella triste ciudad y ese
triste parque enorme. lo quiero tanto.
(en esta máquina de escribir, escribía don pessoa, uhhhh) |
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