“A veces hacer algo no conduce a nada”
Francis Alÿs
en el museo tamayo está la exposición “relato de una negociación”
de francis
alÿs, artista belga (1959) que vive en el d.f. desde 1986. se dice de alÿs que gracias a sus recorridos y
caminatas por el centro histórico tiene el mejor mapa y el mayor conocimiento
de cada edificio, cada calle, cada historia del primer cuadro de la ciudad.
siendo un artista obsesionado con el tema del recorrido y de lo que sucede
cuando uno traslada su presencia de un punto “a” a un punto “b” no me
sorprende. además de que en su obra se puede palpar el amor a esta ciudad y a
lo maravilloso que se puede encontrar uno si tiene los ojos abiertos.
la exposición gira alrededor de tres piezas principales de video
bastante recientes: “reel-unreel”, una película de 20 minutos filmada en kabul,
afganistán, en 2011; “tornado” (2000-2010), filmada en
méxico, en las faldas del ajusco, en un abierto arrebato de locura de larga
duración; y abre la exposición la pieza “don’t cross the bridge before you get to
the river” (2008). las tres piezas tienen en común el gran tema del
recorrido: ir de aquí hasta allá: cruzar el estrecho de gibraltar: recorrer las
calles de kabul: perseguir un tornado de polvo para entrar en su centro.
lo importante es el camino, no la meta. en el camino alÿs nos puede contar cosas, por
ejemplo: que en kabul hubo guerra y que aún no hay paz, que la milicia talibán
creyó quemar el acervo cultural fílmico de afganistán pero que no logró borrar
esa memoria por completo, que en el juego se logra la reconciliación con el
mundo, que el cine es la realidad y lo demás es ficción (uhhh). nos cuenta por
ejemplo: que en este siglo xxi méxico se enfrenta a una espiral de violencia,
que de pronto los esfuerzos realizados son inútiles, que la desolación puede
ser de una belleza absoluta, que al centro de un tornado no hay nada. nos
cuenta por ejemplo: que hay una crisis humanitaria de migración que crece y que
no se detiene, que la prensa y los gobiernos lo denuncian pero no hacen mayor
cosa, que hay hambre y violencia y pobreza que hace que la gente lo arriesgue
todo (y así como habla específicamente del flujo de áfrica a europa, se puede
trasladar la metáfora a todos los flujos migratorios: todo el que abandona su
casa, su idioma, su familia, su larguísimo etcétera envolviendo su otredad, va
siguiendo una ilusión), que hay, posiblemente,
otra orilla del otro lado y que algo llama inevitablemente a querer
cruzar: del otro lado hay una quimera, una vana esperanza.
en particular me maravilla la pieza “don’t cross the bridge before
you get to the river” y todos los bocetos, mapas, recortes, otros
materiales visuales, las “sombras de sus
piezas”: todo lo que integra este video de 7 minutos. las imágenes, la
narrativa de una línea imaginaria formada por niños y barquitos de vela que va
desde tarifa en españa hasta tánger en marruecos (o desde tánger hasta tarifa,
depende), toda la ilusión, todos los símbolos, todas las imágenes, el
escalofrío que recorre la piel, el brevísimo texto en árabe, español e inglés
para tender un puente de comunicación, recorrer ese trayecto aunque haga falta
el aire, por supuesto recordar la presencia de los grandes mitos fundacionales
del mediterráneo cuando en el estrecho de gibraltar había gigantes, dioses, el
fin del mundo. la pieza habla del recorrido: su repetición infinita, que ha de
ser por motivos de la pieza en sí y de la curaduría, nos habla de este camino
seguirá siendo recorrido, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. no se
puede detener este recorrido, no se puede detener el paso del ser humano, no se
puede apagar la esperanza. ahí la inmensidad de la pieza, totalmente efímera,
totalmente presente.
(la curaduría es de cuauhtémoc medina: ¡aplausos!
se exhibe hasta el 16 de agosto de 2015, en el museo tamayo, ciudad de méxico. gran museo)
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