martes, 25 de junio de 2013

viajo porque preciso…

“Eu quero ter uma vida-lazer”


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ver la película “viajo porque preciso, vuelvo porque te amo” de marcelo gomes & karim aïnouz (brasil, 2009), es una de esas experiencias que me apasionan del cine: es una película que te deja pensando, que te conmueve, que pese a ser tan triste es una  narración increíble.


largos planos secuencia de un horizonte desolado y vacío. largos planos secuencia en movimiento desde el interior de un auto en una carretera interminable. foto fija fuera de foco, digna de nan goldin. foto fija , planos secuencia, imágenes inmóviles que se mueven. habitaciones sórdidas. calor insoportable, que se pega a la piel. una voz monótona que extraña su casa, su mujer. un trabajo monótono, la inmensidad de la soledad en el calor de un brasil lejos de las ciudades. nada. paisaje pétreo. seco. la radio del auto haciendo más patético y largo el viaje. la voz monótona y nostálgica se va volviendo una voz triste, una voz abandonada, triste de amor. después la voz (nunca vemos el rostro del personaje, sólo su sombra hacia el final de la historia) asustada. enojada. deshecha. sin rumbo. una voz sin rumbo que quiere encontrar la calma. y al final eso encuentra: la calma, el ansia por volver a la vida. la voz desciende todos los infiernos posibles y al final vuelve a la superficie. está lista para volver. la voz del actor, irandhir santos, maravillosa.


vi la película en la cineteca hace tiempo y me fascinó. christian se ríe de mi a la fecha porque ese día estaba agotado y cerré los ojos en un momento y me quedé inquieto tras verla/no verla. volví a la cineteca dos días después para verla otra vez y la fascinación fue absoluta, y volví y volví y volví… después la compré y la volví a ver, y la volví a ver. esta noche la acabo de volver a ver. he perdido la cuenta de las veces que la he visto, una vez la vi lejos de casa, en guadalajara, solo, en un cuarto de hotel, cansado y hambriento. tengo en mi colección de música cuatro canciones de aquí. me hace feliz.


desenvuelvo otra vez el dolor de la película. me encanta. visualmente es sorprendente y muy valiente, en lo visual está reflejado todo el calor, el tedio, la soledad: los moteles, la aridez, el polvo, el sudor, la sinceridad de los rostros. auditivamente es genial: la modulación de la voz, la música triste, los sonidos de lo ajeno. el final, épico. esta película es de las que me maravillan, que me hacen amar el cine. cine valiente e inteligente.


enorme. y dura menos de 70 minutos.  


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