para maría, fernando y karla, gracias infinitas.
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“porque sólo el dolor enseñó a ser:
porque hacer fue el destino de las
manos
y en cada cicatriz cabe la vida.”
Pablo Neruda
en méxico el 3 de mayo es día de la santa cruz. ese día en
todas las construcciones se le hace misa, homenaje, comida y bebida a la santa
cruz, “en honor a la "cruz" que
los arquitectos dibujamos marcando el norte en nuestros planos” como lo
acabo de entender en un texto hermoso de la genial arquitecta y querida amiga maría
jaime.
escribe maría: “es un día muy
especial para nosotros pero sobre todo para los maestros en la obra, donde les
damos gracias y honramos su trabajo”. el-arquitecto-que-no-fui piensa
entonces que pocas celebraciones tienen tanto sentido: agradecer y honrar a las
manos y los brazos y los huesos y las horas de trabajo físico, de ingenio, de compromiso con la obra que está
en proceso de construirse, con los planos, con los ladrillos, con el cemento,
con la obra que crece y se gesta. no hay casa ni edificio ni rascacielos ni
museo ni cafecito ni estadio ni aeropuerto ni biblioteca ni plaza pública ni
sala de cine ni mercado ni estaciones de tren ni espacio arquitectónico sin
manos que los construyan.
escribe maría también: “En la misa de ayer algo así se quedó en la memoria de todos,
"Los maestros albañiles no construyen casas, no construyen edificios ni
lugares, estos maestros construyen humanidad". esas manos nos
construyen: los lugares que habitamos, donde reímos, donde pasamos los insomnios,
donde comemos y cocinamos, donde leemos y bebemos café, donde cerramos la
puerta para quedarnos lejos de los lobos, donde apagamos la luz para abrazarnos
o para escuchar a mahler y calmar algunas de las bestias que nos habitan, los
lugares donde nos refugiamos de una inesperada tormenta de mayo.
esas manos construyen lo que somos, los lugares
donde guardamos nuestros libros y nuestras fotografías, los discos que
acumulamos y que amamos, los espacios donde nos podemos quitar los zapatos y
caminar descalzos. esas manos construyen los lugares donde no podemos resistir
el querer acariciar los muros de concreto o ladrillo o mármol verdoso. cada
espacio que habitamos y vivimos, por los que sólo transitamos, cada espacio
arquitectónico fue pensado y diseñado por unos pocos (álvaro siza, alejandro aravena, tadao ando y oscar niemeyer son unos magos del espacio y hay miles más), pero construido por
millones de manos. a esos millones, gracias infinitas.
somos los lugares que habitamos, nos construimos
como personas en los lugares que otros construyen. toda nuestra historia, toda
la humanidad ha hecho eso: construir, construirse. la gente que contaba la epopeya
de gilgamesh necesitaba un techo y unos muros, muchos pusieron sus
manos y sus huesos en ello (a veces pienso en estas cosas para alegrarme y
olvidarme un poco del horror: de este aquí y este ahora que a veces parece muy
desolado & desolador).
las fotos: estas cuatro fotos increíbles son de nuria lagarde y las tomo prestadas del magnífico texto de maría jaime donde celebra este día, los textos en cursivas son palabras escritas por maría.
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