jueves, 4 de mayo de 2017

construir, construirse.

para maría, fernando y karla, gracias infinitas.

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“porque sólo el dolor enseñó a ser:
porque hacer fue el destino de las manos
y en cada cicatriz cabe la vida.”
Pablo Neruda


en méxico el 3 de mayo es día de la santa cruz. ese día en todas las construcciones se le hace misa, homenaje, comida y bebida a la santa cruz, “en honor a la "cruz" que los arquitectos dibujamos marcando el norte en nuestros planos” como lo acabo de entender en un texto hermoso de la genial arquitecta y querida amiga maría jaime.


escribe maría: “es un día muy especial para nosotros pero sobre todo para los maestros en la obra, donde les damos gracias y honramos su trabajo”. el-arquitecto-que-no-fui piensa entonces que pocas celebraciones tienen tanto sentido: agradecer y honrar a las manos y los brazos y los huesos y las horas de trabajo físico, de ingenio, de compromiso con la obra que está en proceso de construirse, con los planos, con los ladrillos, con el cemento, con la obra que crece y se gesta. no hay casa ni edificio ni rascacielos ni museo ni cafecito ni estadio ni aeropuerto ni biblioteca ni plaza pública ni sala de cine ni mercado ni estaciones de tren ni espacio arquitectónico sin manos que los construyan.


escribe maría también: “En la misa de ayer algo así se quedó en la memoria de todos, "Los maestros albañiles no construyen casas, no construyen edificios ni lugares, estos maestros construyen humanidad". esas manos nos construyen: los lugares que habitamos, donde reímos, donde pasamos los insomnios, donde comemos y cocinamos, donde leemos y bebemos café, donde cerramos la puerta para quedarnos lejos de los lobos, donde apagamos la luz para abrazarnos o para escuchar a mahler y calmar algunas de las bestias que nos habitan, los lugares donde nos refugiamos de una inesperada tormenta de mayo.

esas manos construyen lo que somos, los lugares donde guardamos nuestros libros y nuestras fotografías, los discos que acumulamos y que amamos, los espacios donde nos podemos quitar los zapatos y caminar descalzos. esas manos construyen los lugares donde no podemos resistir el querer acariciar los muros de concreto o ladrillo o mármol verdoso. cada espacio que habitamos y vivimos, por los que sólo transitamos, cada espacio arquitectónico fue pensado y diseñado por unos pocos (álvaro siza, alejandro aravena, tadao ando y oscar niemeyer son unos magos del espacio y hay miles más), pero construido por millones de manos. a esos millones, gracias infinitas.


somos los lugares que habitamos, nos construimos como personas en los lugares que otros construyen. toda nuestra historia, toda la humanidad ha hecho eso: construir, construirse. la gente que contaba la epopeya de gilgamesh necesitaba un techo y unos muros, muchos pusieron sus manos y sus huesos en ello (a veces pienso en estas cosas para alegrarme y olvidarme un poco del horror: de este aquí y este ahora que a veces parece muy desolado & desolador).


las fotos: estas cuatro fotos increíbles son de nuria lagarde y las tomo prestadas del magnífico texto de maría jaime donde celebra este día, los textos en cursivas son palabras escritas por maría

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